Comienza la recuperación

Lluis Marsá

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Es evidente que el sector inmobiliario comienza a dar signos de estabilización por lo que todo hace a pensar que en 2015 se venderán más pisos, se concederán más hipotecas y se construirá más, pero todo ello aúna unos niveles bajos, todavía alejados de los que pueden considerarse como sostenibles a fin de equiparar la construcción de viviendas a la demanda real. Es decir, que el sector ha comenzado a caminar por la senda del crecimiento y que este ejercicio será mejor que 2014 y el 2016 mejor que el actual.

Como hemosseñaladoen más de una ocasiónel inicio de este despegue del mercado de la vivienda tiene que apoyarseen una evolución del mercado financiero y en la concesión de hipotecas. Los bancos ya han iniciado su particular batalla para la promoción hipotecaria que jugará un papel esencial en un año que debe ser de crecimiento. El número de créditos hipotecarios para la compra de viviendas ha aumentado en el primer semestre del año, si bien en comparación con un año en el que el grifo del crédito estuvo prácticamente cerrado. De todos modos, aunque de forma muy limitada, la ansiada financiación hipotecaria parece que ha llegado.

En este sentido, la construcción en general y la promoción de viviendas en particular están dando señales de aproximarse a una estabilización después de siete años. Indicadores como, por ejemplo, el aumento del número de compraventas o el número de viviendas iniciadas en lugares donde, habiéndose reducido el stock pendiente de venta, la demanda presiona el mercado, avalan estas previsiones.

De hecho el sector inmobiliario residencial es el que, por ahora, está marcando el camino. La inversión privada está enfocada hacia este segmento en aquellos escenarios y poblaciones que disponen de un stock reducido y de una demanda acreditada. Está claro que, de momento, estamos ante una evolución lenta, pero constante. Se empiezan nuevas promociones, y no sólo las que quedaron inacabadas en el ya lejano 2007 por los efectos de la crisis, sino que las empresas promotoras empiezan nuevos proyectos.

Estos son unos primeros resultados consecuencia de una reforma financiera que hizo que la banca asumiera una drástica reducción del valor de sus activos. Esta circunstancia, unida a la creación de la Sareb y la reactivación de las Socimi, han sido tres puntales que han permitido sanear el mercado y hacer volver la actividad a las empresas promotoras. Además, la recuperación de la economía española y de su imagen en el exterior también ha animado a los inversores extranjeros, que ahora ven al mercado inmobiliario de nuestro país como una oportunidad interesante y atractiva como lo demuestra el dato que ha hecho público en su díapor el Consejo General del Notariado informando que durante el 2014 los extranjeros han adquirido una de cada cinco viviendas vendidas.

Hay que señalar que las estadísticas deben mirarse segmentadamente, tanto en lo referente a los precios como a la producción de nuevas viviendas. Primero lo local sobre lo global, ya que el territorio no da resultados homogéneos. Allí donde pueda ser más elevada la presión de la demanda, caso de la ciudad de Barcelona, por ejemplo, donde hay distritos en los que, existiendo demanda, no hay oferta disponible, puede implicar tensiones en los precios a corto plazo. Y lo mismo cabe decir de algunas poblaciones de su primera corona metropolitana y, aunque en menor cuantía, en las otras capitales provinciales.

Hay que señalar la importancia de analizar la distribución del stock sobre el territorio lo cual permite ver que hay zonas (generalmente las turísticas), con una fuerte carga de pisos pendientes de venta frente a otras (un buen ejemplo es también la ciudad de Barcelona y su área de influencia, pero también otras), donde se ha reducido el stock y donde de no comenzar nuevamente a promover viviendas en poco tiempo producirán tensiones entre oferta y demanda y, consecuentemente, en los precios.

Por tanto, desde la Asociación de Promotores, pensamos que el rearme del sector viene dado como una mancha de aceite que, partiendo de un “punto cero” de la demanda irá desplazándose progresivamente hacia otras zonas y municipios donde también haya una demanda estable pendiente de dar respuesta adecuada a sus necesidades.

LluisMarsá

Presidente de la Asociación de Promotores de Barcelona (APCE)