CRISIS Y NUEVAS FORMAS DE CONVIVENCIA / CONCEPCIÓN REYES

Abuela busca compañera de piso

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VÍCTOR VARGAS LLAMAS / BARCELONA

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Concepción Reyes se mueve con caminador por una reciente operación de cadera. Además tiene la tensión alta, artrosis severa en las cervicales y piedras en la vesícula. «Pero, sobre todo, mucho sentido del humor y muchas ganas de hablar», dice. Un espíritu que conserva intacto a sus 86 años y que aplaca cualquiera de sus achaques. Por eso se puso de acuerdo con su hijo Rafael para ofrecer una de las cuatro habitaciones de su piso de Mataró a una señora a cambio de compañía. «Es un piso de 95 metros, con todo muy arregladito», explica con soltura.

Es la mejor solución que se les ocurrió para que Concepción evite la soledad al regresar a casa por la tarde, tras pasar la jornada en un centro de día. Su hijo «vive demasiado lejos» y su hija «ya tiene a cargo a cinco personas». 

Preferiría a una mujer de unos 50 o 60 años, sin ataduras, para que pudieran pasar juntas las tardes y los fines de semana. Por este motivo descartó a una mujer valenciana que trabaja aquí pero volvía con su familia de viernes a domingo. U otra señora de 65 años, porque tenía dudas y no sabía «si podría echarla» si no le gustaba, dice ante la sonrisa de su hijo.

Le preocupa abrir la puerta a una desconocida. Por eso no quiere precipitarse en la elección, aunque está ilusionada. Espera poder compartir complicidades con alguna mujer a quien, de paso, ayudarle en un momento complicado de su vida.

«Acaba de llamar un hombre de 49 años interesado», le dice Rafael, que recibe una mueca de desaprobación. Ella solo contempla compañía femenina. Y no duda de que encontrará la candidata. «Cuando trato a las personas no tardo en saber si valen realmente la pena», explica.