Los 10 jefes finales más difíciles de los videojuegos

Nos hacen tirar el mando por la ventana, gritar improperios contra todo ser digital y maldecir nuestra habilidad con las manos. Pero nos encanta enfrentarnos a ellos.

Los 10 jefes finales más difíciles de los videojuegos

Los 10 jefes finales más difíciles de los videojuegos / periodico

CARLOS SÁNCHEZ

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Hay una magia en los videojuegos que se va perdiendo conforme pasan los años. Esta es la de la dificultad, que ha ido relegándose con el transcurso de generaciones digitales hacia un simple enfrentamiento con el jefe final de turno. No obstante, algunos de estos "final bosses" realmente nos han hecho sudar lo suyo para conseguir vencerlos. En ocasiones incluso no hemos podido superarlos. Desde Blogocio hemos querido hacer un repaso a todos ellos.

Al seleccionar los jefes finales más difíciles en la historia de los videojuegos nos hemos dado cuenta de que todos ellos comparten similitudes. Nuestro enfrentamiento suele ser frustrante y así solemos expresarlo con frases como las siguientes:

¡Qué tramposo!

Los jefes finales son más rápidos y la Inteligencia Artificial de los mismos a veces anticipa demasiado los movimientos del jugador. Ejemplos en este sentido nos plantearon el general RAAM del mítico Gears of War o Lord Darth Revan en Los Caballeros de la Antigua República. Dos jefes con poderes y armas muy superiores a las de nuestro personaje. El primero capaz de manejar murciélagos mutantes contra nosotros, el segundo dominando el Lado Oscuro de la Fuerza. Pesos pesados en el final de juegos que, por otra parte, son imprescindibles para nuestra colección.

¡Esto no se acaba!

Frustración y desesperación ante la duración indeterminada de combates contra jefes finales que parecen no morir nunca. En Kingdom Hearts lo sufríamos con Sephirot, un guerrero de un solo ala y con una espada letal, cuyos rápidos movimientos hacían casi imposible hacerle daño. Experiencias similares sufríamos en Final Fantasy VII con Arma Esmeralda y Arma Rubí o en Metal Gear Rising: Revengeance con el político experto en nanotecnología Steven Armstrong. Pero los más veteranos recordarán Ninja Gaiden 2 y las tres interminables mutaciones de Jaquio. Absolutamente desquiciante.

¡Venga hombre, así cualquiera!

La fuerza, los poderes, la superioridad... son las características más comunes en unos jefes finales imposibles de vencer. Son mejores y punto, ya sea por sus armas o sus características. Pyramid Head de Silent Hill 2, por ejemplo, era un mastodonte con cabeza de pirámide y un cuchillo de carnicero de más de un metro.

Claro que nada comparable a Dulahan, el jefe final de Golden Sun que nos amenazaba con sus 16.000 puntos de vida o Nihilanth, el telépata de Half Life, capaz de lanzar rayos, abrir portales interplanetarios y, por si fuera poco, recuperar energía conforme avanza el combate.

No obstante, el juego difícil por antonomasia, Dark Souls, es el responsable de ofrecernos el jefe final más complicado de todos, Los Cuatro Reyes. Se trata de 4 rivales fuertes, rápidos, inteligentes y dañinos como nunca antes se había presentado en el título. La recompensa, 180.000 almas. Valía la pena intentarlo.