Terrassa afronta las elecciones municipales más abiertas de su historia

El empate entre PSC y CiU en las europeas se convierte en indicador del apoyo a las dos principales formaciones políticas de la ciudad

El alcalde de Terrassa, Jordi Ballart, en su presentación como candidato del PSC

El alcalde de Terrassa, Jordi Ballart, en su presentación como candidato del PSC / periodico

LAURA MARÍN / Terrassa

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Terrassa se acerca a las elecciones municipales del próximo 24 de mayo con un panorama muy abierto. La composición del nuevo gobierno local está más en el aire que nunca y con un salón de plenos que podría fragmentarse aún más con la incorporación de nuevos partidos -Esquerra, Guanyem y Ciutadans- que se sumarían a los actuales -PSC, CiU, PP e ICV-EUiA-E-.

Las tendencias marcadas por las últimas elecciones lo muestran claro: el PSC deja de ser la formación favorita de los egarenses. El primer indicio se mostró en las últimas municipales, cuando la formación socialista ya perdió casi 12 puntos porcentuales (consiguiendo solo 11 ediles), mientras que CiU (9) ganaba más de un 4% de votos respecto a los comicios anteriores.

El acercamiento entre las dos formaciones se vio intensificado aún más en las últimas europeas, cuando consiguieron cerca de un 18% de votos cada uno, aunque con una ligera ventaja del 0,3% para el PSC.

No obstante, son muchos los factores que pueden afectar estos nuevos comicios. Algunos más generales, como la situación económica del país o el posicionamiento de cada partido en relación al proceso soberanista, que podrían beneficiar a nuevos partidos a la izquierda del PSC y a ERC, que ya en las pasadas elecciones europeas se situó como primera fuerza política con más de un 20% de los votos.

La juventud del PSC versus la experiencia de CiU

Otro factor que puede volcar la balanza es el cambio de candidatos: ni en el PSC ni en CiU repiten los alcaldables de las últimas municipales y ambas formaciones optan por perfiles muy diferentes.

El joven Jordi Ballart es alcalde de Terrassa desde que Pere Navarro renunció a su cargo a finales de 2012 para dedicarse a su nuevo puesto de diputado, pero todavía no se ha enfrentado a las urnas.

Lleva de ventaja dos años de gobierno y, como escribía Saül Gordillo poco después de su nombramiento, un propósito muy claro: “El 'nen' Ballart, hijo de un histórico dirigente socialista egarense, sabe que la gente quiere cosas nuevas y que la política municipal también pide a gritos una reinvención. La cosa está muy mala, y Ballart apuesta por la proximidad. Atiende los comentarios de los vecinos en las redes, los correos y va a visitar cualquier incidencia”.

El propio Ballart refuerza esa idea de cercanía en su blog, cuando valora los “800 días” que lleva como alcalde del municipio: “Lo he dicho desde el primer día: mi apuesta es la ‘nueva política’. Sin experimentos ni aventuras, sin eslóganes simplistas, pero nueva. Nueva de verdad. Estoy convencido que se empieza por aquí, por trabajar con honestidad y transparencia”.

Consciente también que la política catalana influenciará estas elecciones municipales, Ballart reivindicaba en su presentación oficial como alcaldable que el próximo 24 de mayo “estará en juego Terrassa, no España ni Catalunya”. 

Anunciaba entonces también un proceso participativo para elaborar un programa electoral basado en “la justicia social, la equidad, la defensa de los derechos de los ciudadanos o la sostenibilidad”. “Un programa socialdemócrata creíble y realizable sin hacer un brindis al sol”, insistía.

Por su parte, CiU apuesta por la experiencia del expresidente del Consejo de la Abogacía Catalana y decano del Colegio de Abogados de Terrassa, Miquel Sàmper, quien substituye a Josep Rull que en septiembre anunciaba que no se presentaría como candidato y que dejaba todos sus cargos en el grupo municipal para centrarse en su tarea como número dos de la formación a nivel nacional.

El alcaldable de CiU, nuevo en la política, recogía el guante con el objetivo de construir una candidatura “muy próxima” a la ciudadanía y con propuestas que tengan un marcado carácter social. “No hay reto más importante que poderte dedicar a la ciudad en la que has nacido y trabajado toda la vida”, declaraba.

Sàmper se puso rápidamente en marcha para recoger todo lo que el actual gobierno no está gestionando bien y preparar un programa que prioriza la reactivación económica. “Proponemos hacer de Terrassa una ciudad atractiva para los inversores, necesitamos hacerla competitiva para crear puestos de trabajo”, explica el alcaldable de CiU.

Para presentarse a la ciudadanía ha creado la campaña #SàmperTerrassa y acaba de iniciar una ruta por todos los barrios del municipio para conocer de cerca las necesidades de los egarenses.

Pactos por cerrar en la izquierda

La cosa se complica cuando se apunta a los partidos a la izquierda del PSC. De la voluntad inicial expresada en octubre por un grupo de ciudadanos de conformar un Guanyem Terrassa a imagen y semejanza de lo que se ha hecho en Barcelona, es decir, juntando básicamente ICV-EUiA y Podem, de momento solo Esquerra Unida i Alternativa y Podem se han sumado a la iniciativa, pero se ha descolgado la CUP, que pese a haber pasado meses negociando finalmente presentará una candidatura propia encabezada por Jaume Soler.

ICV, por su parte, tampoco acaba de cerrar el acuerdo porque “falta concreción en el diagnóstico sobre cuál es la situación actual y la evolución de Terrassa, de visión de futuro de la ciudad”. Otro tema espinoso en este proceso de acuerdo es el de la candidatura, que ICV considera que “debe reflejar la pluralidad de los diferentes actores de la confluencia, así como su representatividad”.

Por su parte, el nuevo partido Moviment d’Esquerres (MES) inicia también contactos con otras fuerzas políticas para presentarse como nuevo actor político en Terrassa y explorar posibles alianzas. Hasta el momento, ha establecido contactos con ERC y SI, y podría acercarse a ICV si esta finalmente no entra a formar parte de Guanyem.

El retorno de ERC en el consistorio

Al margen de estas coaliciones pero sin olvidarse que “será una legislatura de pactos necesarios con el máximo de partidos”, Esquerra Republicana de Terrassa da por seguro su retorno al consistorio después de su ausencia durante cuatro años y presenta de nuevo a Isaac Albert como alcaldable.

La formación republicana lanza una campaña que destaca por su intento de dar voz a la ciudadanía a través de una encuesta que pide a los egarenses que “expliquen qué les gusta de la ciudad, qué cambiarían y cuáles son los problemas con que se encuentran en su día a día”. Aseguran que esta información les  será muy útil para “hacer nuestro programa electoral y tomar el pulso a la ciudad. Queremos que la gente pueda opinar y aportar ideas”.

Ciutadans pisa fuerte al PP

El PP en Terrassa, por su parte, presenta de nuevo a Gabriel Turmo como candidato a la alcaldía, quien apuesta por una candidatura que demuestre la cercanía del partido a la ciudadanía e inicia una ruta por los diferentes barrios de Terrassa apuntando que  “Terrassa, a pesar de ser la cuarta ciudad de Catalunya por número de habitantes, no es la cuarta ciudad en prestación de servicios, ni en equipamientos”.

Turmo hacía referencia en este punto a la falta de inversión por parte de la Generalitat en diferentes equipamientos debido a que “el gobierno de la Generalitat centra sus prioridades en la estelada, habiendo abandonado la política real”.

El problema por el PP puede venir de Ciutadans, que en las pasadas elecciones europeas se quedó a menos de mil votos de los populares, con 5.447 votos, y con Joan García a la cabeza podría poner en jaque a la hasta ahora tercera fuerza política de la ciudad.

Una incógnita más en un panorama especialmente complejo que podría acarrear la pérdida de una alcaldía emblemática para los socialistas catalanes.

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