Joan Gisbert: "Nosotros pusimos la semilla y Nadal, la guinda"

El legendario tenista español, que será homenajeado con motivo del 50º aniversario de su triunfo en el RCT Barcelona, compara su época con la actual

Joan Gisbert, con una raqueta de época, este viernes en Barcelona.

Joan Gisbert, con una raqueta de época, este viernes en Barcelona. / periodico

JAUME PUJOL-GALCERAN / BARCELONA

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Si el tenis español tiene sus Mosqueteros en la Copa Davis, uno de ellos es sin ninguna discusión Joan Gisbert (Barcelona, 1942). Miembro del mítico equipo que disputó la Challenge Round en Australia en 1965 y 1967, el RCT Barcelona le homenajeará el domingo 26 de abril antes de la final del Open Banc Sabadell como campeón del torneo hace 50 años.

-¿Recuerda cómo ganó ese título?

-Claro. La semana antes había llegado a semifinales en Roma y estaba en buena forma. Yo no era cabeza de serie. Gané el primer partido a Pedro Loewe y di la gran sorpresa en segunda ronda al eliminar a Manolo Santana, después al mexicano Rafael Osuna y la final al italoaustraliano Martin Mulligan, que me había derrotado en Roma. Fue una final muy dura, a cinco sets.

-¿Cómo pudo ganar a Santana?

-Igual le pillé despistado, no sé. Le gané en cuatro sets, el último 9-7. Santana era un fuera de serie. Ese día le lifté mucho y jugué sin presión, sin nada que perder.

-Dicen que usted era un tenista atípico, capaz de lo mejor y de lo peor.

-Atípico, sí. En realidad, creo que he sido el primer y el último abogado campeón del torneo. Lo gané con 23 años, a punto de acabar Derecho, me quedaban dos asignaturas. Para mí, jugar al tenis no fue fácil. Mi padre me obligó a estudiar y a hacer una carrera. Eso era innegociable. Pero ese año Juan Antonio Samaranch le pidió que pudiera entrenar más tiempo porque me querían para el equipo de Copa Davis y accedió porque le prometí que aprobaría las asignaturas que me faltaban.

-Cumplió la promesa, ¿no?

-Claro. Me quedaban Derecho Procesal y Administrativo, que lo daba Entrena Cuesta, un catedrático muy duro. Suspendí la primera vez y la segunda me examinó en su casa. Aún me acuerdo del tema que me preguntó…

-¿Cuál fue?

-El régimen administrativo de la tala de árboles en Llívia, esa ciudad española que está dentro de Francia. Me aprobó y me hizo más feliz que ganar cualquier torneo.

-Universitarios campeones hay pocos en el circuito en la actualidad.

-Es muy dificil compaginar estudios y deporte al máximo nivel. Entonces eran otros tiempos. Me siento muy orgulloso de poder compaginar la inteligencia con el deporte. Es una preparación para la vida. Ahora eso es imposible. Para dedicarte al tenis o a cualquier deporte debes estar centrado al máximo desde muy joven.

-¿Cambiaría su época de tenista por ser profesional ahora?

-Yo disfruté mucho jugando al tenis en aquella época. Era más romántico. Todos los jugadores éramos amigos. En la pista había mucha rivalidad pero después cenábamos juntos, íbamos de fiesta, viajábamos juntos, hacíamos turismo. Vivíamos. Ahora un tenista está rodeado de mánagers, entrenadores, preparadores físicos, psicólogos… No lo cambio.

-¿Que le ha dado el tenis?

-El tenis solo me ha hecho realmente feliz dos veces en mi vida. Una, cuando cogí mi primera raqueta, y la otra cuando la colgué, a los 34 años. Desde entonces no he jugado nunca más en serio y gracias a eso no me duele nada, ni la espalda, ni la cadera, ni las rodillas o el hombro, como sufren otros. El cuerpo humano no está hecho para pegar raquetazos toda la vida.

-¿De algo debe sentirse orgulloso?

-Jugué 10 años al máximo nivel y estoy orgulloso de haber ganado el Godó, de la final de Australia y de ganar el Masters y ser número 1 del mundo de dobles con Manuel Orantes. Tenemos el récord de 13 victorias seguidas en la Copa Davis; solo los americanos McEnroe y Fleming han logrado más, con 14 triunfos.

-¿Cuándo empezó a jugar?

-A los 9 años. Mis padres eran socios del Club Tenis Barcelona, allí empecé. Me pasaba muchas horas en la pistas y en el pequeño frontón que mi padre construyó en la pared del garaje de nuestra casa para que mi hermano José María y yo jugásemos. A los 16 años ya jugué mi primer Godó y estuve a punto de eliminar al campeón australiano Neale Fraser. Después de ese partido, Harry Hopman, entrenador de los australianos, le propuso a mi padre que me enviara a Australia para mejorar mi tenis porque me veía muchas condiciones. Se negó.

-¿Le sabe mal?

- Seguro que habría mejorado técnicamente. Años después fuimos becados con Orantes para entrenarnos sobre hierba. Yo ya había jugado las finales de la Copa Davis de 1965 y 1967. Nos pagaron 500 dólares y malvivíamos en pensiones de mala muerte, pero lo aproveché porque jugué la final del Grand Slam de Australia de 1968, un año antes de la profesionalización del tenis.

-Además del 50º aniversario de su triunfo en Barcelona también lo es de la primera final de España en la Copa Davis. Usted fue uno de aquellos héroes que la jugaron en Sídney.

-Fue una sorpresa increíble. Piense que el tenis ni se conocía en España. En 1965 había 800 licencias y 2.000 jugadores en el país. El Marqués de Cabanes, que era el presidente de la federación entonces, llevaba la oficina en el bolsillo y le costaba mucho dinero. Santana era nuestro líder y formamos un gran equipo con él, Lis Arilla y Juan Manuel Couder. A mí me llamó el capitán Jaime Bartrolí al equipo porque Andrés Gimeno se había pasado al profesionalismo, de lo contrario no habría estado allí, seguro. Tenemos el récord mundial de eliminatorias jugadas, ocho, hasta llegar a aquella final. Estuvimos cinco meses jugando y eliminamos a Grecia, a Alemania, a Estados Unidos, que eran los grandes favoritos, en Barcelona por 4-1. Eso fue increíble también, y después a la India 3-2 en su casa, sobre hierba.

-¿Y de esa primera final contra Australia qué recuerda?

-Estuvimos un mes y medio entrenando allí, sobre hierba. Pero no en pistas como las de ahora sino en prados en los que pastaban las ovejas. La final se jugó en Navidades. Era la primera vez que todos pasábamos esas fechas lejos de nuestras familias. Australia tenía un equipazo y entonces el campeón recibía al aspirante sin desgastarse, sin jugar ni una eliminatoria antes. Perdimos 4-1, pero el primer día Santana pudo ganar a Stolle. No sé qué habría pasado si lo llega a conseguir.

-Con ustedes se inició la cadena de éxitos del tenis español, ¿no?

- Se puede decir que nosotros pusimos la semilla y Nadal ha puesto la guinda. Lo que ha conseguido es brutal. Ganar nueve veces Roland Garros es cosa de un extraterrestre.

-Nadal dice que sufre ansiedad.

-Lleva mucho tiempo a tope y esa ansiedad es normal. Nadal ha ganado mucho, pero ha sufrido mucho y eso acaba saliendo por algún lado. Ha tenido un bache pero estoy seguro de que se recuperará. Tengo una gran admiración por él como deportista y como persona.

-¿A qué jugador de su época podría compararlo?

-Es dificil. Su fuerza y estilo son únicos. En concentración le podría comparar a Rod Laver.

-La Copa Davis está en crisis en España. ¿Cómo lo ve?

-No puedo juzgarlo, me falta información, pero espero que se arregle. Yo he estado en todas las finales de la Copa Davis que España ha jugado y espero volver pronto a otra.

-La federación ha designado a una capitana por primera vez.

-En nuestra época habría sido una bomba eso, pero ahora no es raro. Murray tiene una entrenadora y no pasa nada. Eso sí, siempre que los jugadores lo acepten.

-¿Cuál es su vida ahora?

- Vivo en las afueras de Miami. Alquilo edificios de mi propiedad y hago de abogado. Llevo 39 años en Estados Unidos. Estoy felizmente casado y adaptado a la forma de trabajar y vivir de ese país.