EL ABIERTO DE AUSTRALIA

Berdych acaba con un Nadal irreconocible y apático

El checo barre al manacorí en solo tres sets y rompe la racha de 17 derrotas contra él

JAUME PUJOL-GALCERAN

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Dos juegos ganados en una hora y nueve cedidos de forma consecutiva entre el final del primer set y el inicio del tercero. Una estadística irreconocible para alguien como Rafael Nadal. Pero eso es lo que sucedió en la Rod Laver Arena en el partido de cuartos de final que el número 3 mundial perdió con el checo Tomas Berdych por 6-2, 6-0 y 7-6 (7-5).  «Una losa demasiado grande para levantarla después», destacaba Toni Nadal, tío y entrenador del campeón mallorquín para explicar la contundente derrota sufrida por su sobrino ante un rival al que había ganado en 17 ocasiones consecutivas en nueve años desde que Berdych ganó la última vez en el 2006 en Madrid.

Y Berdych rompió esa mala racha con una lección de tenis. Una victoria incontestable, especialmente en los dos primeros sets. El checo entró con la lección bien aprendida y estudiada con su nuevo entrenador el venezolano Daniel Vallverdú que hasta este año había trabajado con Andy Murray y que venía recomendado por Ivan Lendl, a quien el tenista checo le había ofrecido que fuera su entrenador esta temporada. Su trabajo no es de un día. «Tenía un plan y ha salido bien. He hecho lo que necesitaba en cada momento»,  decía orgulloso Berdych que en Melbourne aún no ha perdido un set en cinco partidos.

Apoyado en su saque (7 aces y el 88% de primeros servicios ganados) Berdych se mostró tremendamente sólido en el fondo de la pista, dispuesto a correr, y repartiendo de derecha y de revés, profundos paralelos o ángulos abiertos, y todo sin abusar del golpe plano, solo cuando veía la jugada clara. Y cuando no,  mantenía el peloteo con Nadal, liftando la bola y sin arriesgar de forma innecesaria.

AUSENTE Y LENTO / Casi sin darse cuenta, Nadal estaba dos sets abajo en apenas una hora de juego. Ausente de la pista, lento de piernas y con un juego muy corto. «Le he ayudado un poco jugando mal. Le he puesto las cosas demasiado fáciles» admitió, negando que tuviera ningún problema físico. Lo cierto es que estuvo desconocido, nada que ver con el tenis agresivo que había mostrado en la ronda anterior para deshacerse del sudafricano Kevin Anderson. Nadal solo pudo ganar dos juegos en la primera manga y encajó un 6-0 en la segunda, un resultado que no recordaba en un torneo de Grand Slam desde el 2006 en la final de Wimbledon contra Roger Federer y en el 2004 ante Andy Roddick, en segunda ronda de Abierto de EEUU.

Pero a pesar de esa superioridad Berdych no se escapó del sufrimiento y la tensión a la hora de cerrar el partido ante Nadal, en un tercer set en el que necesitó 73 minutos hasta certificar el triunfo en el tie break. Fue el único instante en el que, ya contra las cuerdas, sacó el carácter para tener un dos break points con 4-4 que no aprovechó, mantener la igualdad hasta el 5-5 y salvó los dos primeros match balls (15-40) con 6-5 para Berdych.

UNA HORITA DE BUEN JUEGO / «He sido capaz de jugar durante una horita pero eso no es suficiente para ganar a un jugador como Berdych. En el tercero he sacado carácter, intensidad y agresividad. Esa es la línea que hay que seguir», explicó Nadal que dentro de dos semanas comenzará la temporada de tierra en Río de Janeiro y Buenos Aires. El número 3 mundial tiene claro el camino. «Hay que seguir trabajando. Llegar a cuartos no es un mal resultado, es una realidad de donde estoy».