'Wild Frank' sigue el rastro del doctor Livingstone

La segunda odisea de Frank Cuesta en Discovery Max llega el domingo cargada de vértigo, tensión y emociones fuertes. Esta vez, el protagonista absoluto de Wild Frank se adentra en las profundidades del corazón de África para seguir el rastro del mítico explorador británico David Livingstone, una figura admirada por el propio aventurero leonés. Pero no ha sido esta devoción la que le he llevado al inhóspito desierto africano, sino los votos emitidos por sus seguidores en las redes sociales. Ellos son los que  han mandado a Cuesta a darse de bruces con los cinco grandes mamíferos del continente negro: el leopardo, el león, el elefante, el rinoceronte y el búfalo.

De los encontronazos con esa temible jauría dará cuenta esta nueva entrega de Wild Frank, que ya en su temporada de estreno se convirtió en la serie más vista de Discovery Max. «El programa de Frank es uno de nuestros grandes activos y creo que esta edición africana es lo mejor que ha hecho nunca en la televisión», proclama Fernado Jerez, director general de Discovery Networks España. Producida por Molinos de Papel, la serie documental parte de la abadía londinense de Westminster, donde está enterrado Livingstone. Desde allí, el famoso herpetólogo viajará a África y atravesará Namibia, Zambia, Botsuana y Zimbaue. «Grabar en medio del desierto ha sido muy exigente, pero recorrer el camino trazado por un explorador tan grande como Livingstone ha sido increíble e impresionante», asegura Cuesta antes de confesar que estaría dispuesto a «pagar por tener la oportunidad de vivir esto».

En su camino se cruzarán más de 50 especies animales a las que tendrá que plantar cara. La primera serpiente que se encontrará, llamada escupidora, le arrojará repetidas veces su veneno hasta impregnar una pequeña herida de su mano que permanecerá dormida varias horas.

RIGOR METEOROLÓGICO / También recibirá el zarpazo de un leopardo y tendrá que afrontar el frío invernal africano con su sempiterno pantalón corto y sus zapatillas de tenista. Al igual que hizo en la selva amazónica, convivirá con las tribus de la zona, que esta vez presentan la peculiaridad de ser las que acogieron a mediados del siglo XIX al popular médico y misionero escocés. Todo ello para emular al legendario Livingstone, en medio del desasosiego que le produce tener a su exmujer metida en una prisión de Tailandia, tras ser condenada a 15 años de cárcel por tráfico de drogas.