Variaciones Goldberg

DijoCarles Boschantes de la emisión de su documentalBicicleta, cullera, poma(TV-3), en la entrevista que le hizoJoan Salvat:«Nunca había sentido la responsabilidad que he sentido haciendo este reportaje». Y después de ver el trabajo hemos comprendido perfectamente estas palabras, hemos entendido ese sentido de la responsabilidad del queBosch nos hablaba. No solo ha sido una aproximación delicadísima, profunda, respetuosa y luminosa a la vez, a la figura dePasqual Maragall;ha sido también una diacronía de dos años decrescendodel alzhéimer, dos años de retrato de la mutación existencial con la que tiene que ir conviviendo. Para mí el momento más hondo ha sido ese instante en quePasqualmanda que salgan todos, que se marchen, que se piren, y que le dejen a solas conBosch.Ellos dos, nadie más, y una cámara sobre un trípode que va grabando con el automático puesto. «Eso va para ti»,le dicePasqual aBosch.Y comienza a hablar de sí mismo, de lo que siente que le pasa, de las transformaciones que sobre sí mismo detecta...«La proteína avanza. ¿Sabes en qué consiste la desinhibición? ¿Lo sabes? ¡Te sueltas! Es una sensación corporal extraña. Ahora, por ejemplo, me hago fotos a mí mismo cuando estoy delante del espejo. Quizá para decirme: '¿Y tú quién eres?' ¡Ahh..! Esa sensación de que ya no sabes quién eres... ¡És fotut!»Ha sido un momento de una intensidad colosal.

Extraordinaria sabiduría la deCarles Boschen esta aproximación aMaragall.Ternura. Simpatía. Delicadeza. Y una indiscutible lucidez en la manera, en la forma, de acercarse al alzhéimer. Se ha llevado muchos premios este trabajo audiovisual. El mejor galardón, no obstante, son las sensaciones que nos han brotado viéndolo. EstePasqual Maragallsensacional, divertido, entrañable, tozudo, puñetero, irrepetible, que disfruta sumergiéndose en lasVariaciones Goldberg, aquel trabajo musical que compusoBachpara el condeVon Keyserlingky que en las noches de insomnio se las tocaba el virtuoso clavecinistaJohann Goldberg.Es curioso,Pasqualescucha estasVariaciones en la versión que hizoJacques Loussiercon su trío, o sea,Bach redimensionado en clave de

jazz. Y mientras suena el teclado, desde una pared del despacho, la figura deObamavigila. UnObamade cartón, de tamaño natural, que se trajoPasqualde Nueva York en uno de sus fantásticos golpes de desinhibición total.