TVE: de Euskadi a Galicia

Eran las 22 horas y 16 minutos de la noche del domingo. El pescado ya estaba todo vendido. El escrutinio había casi concluido. Y elEspecial eleccionesde TVE-1 conectó en ese momento con la sede de EH Bildu, en donde acababa de aparecerLaura Mintegui, la líder de esta fuerza política. Tiempo de conexión de la gran televisión pública de España con el discurso de la líder del segundo partido más votado de Euskadi, la líder del único partido que ha crecido en el País Vasco: exactamente 47 segundos. O sea, le dedicaron menos de un minuto y la hicieron desaparecer de la pantalla para poner en su lugar al líder del PP de Euskadi, a quien TVE-1 dedicó 3 minutos y 23 segundos. Fantástico y equitativo sentido de la proporcionalidad, sí señores: a la segunda fuerza política, con 21 diputados, menos de un minuto; a la cuarta, que se ha quedado con 10 escaños, le cuadruplicaron el tiempo de atención televisiva. Hombre, el nuevo jefe de informativos de RTVE que ha colocado el Gobierno del PP,Julio Somoano, con este gesto tan hermoso que ha tenido se ha ganado a pulso un lote navideño, jamón de bellota incluido, de por vida. Es curioso, en el debate posterior que moderóMaría Casadose produjo entre los contertulios allí reunidos una situación también muy meditable. Cuando hablaban de las elecciones en Euskadi estaban tristes. Pesimistas. Hasta lúgubres. Escuchamos expresiones como:«Se abre un horizonte de gran preocupación (...) Esta es una noche triste (...) Las víctimas del terrorismo no estarán pasando una buena noche (...) El constitucionalismo ha sido derrotado», y así mucho rato, dibujando un clima de gran pesadumbre. Por fortuna no toda la noche fue así: cuando abordaron las otras elecciones, las de Galicia, la alegría retornó a su semblante, y todo era alborozo, regocijo, entusiasmo y júbilo. ¡Ahhh!

ÉVOLE CON MAS .- De la conversación deÉvolecon elpresidentMas(Salvados, La Sexta) he anotado una tremenda pincelada que no habíamos visto en los resúmenes emitidos previamente por otros programas. Fue cuandoÉvoleadvirtió que, caso de alcanzar la independencia, CiU ya no podría usar su clásico argumento de echarle las culpas al Gobierno de España.Masrespondió:«¡Ojalá no tuviésemos que utilizar ese argumento!». YÉvoleremató:«Pues cuidado, no vaya a ser que el día que tengamos Estado propio se popularice en Catalunya la expresión: ¡contra España vivíamos mejor!».