tú y yo somos tres

Terapias agropecuarias

FERRAN MONEGAL

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Ha salidoManuel Díaz El Cordobés cabalgando por la Patagonia argentina, capitaneando una manada de ganado vacuno; pero ahora su labor no consiste en juntar vacas, sino ensamblar padres e hijos que estaban distanciados, peleados, o inmersos en luchas terribles (Padres lejanos, Cuatro). Este programa sigue la pauta deHermano mayoroCampamento, pero esta vez le han dado un plus agropecuario al tema, metiendo a los padres y a los hijos en medio de una manada de reses por la Pampa, quizá pensando que la terapia del rumiante va a apaciguarles y los dejará finos y hermanados de por vida. Por lo que hemos visto, en lugar de tranquilizarse, algunos se encabritaban más todavía, o sea, que a lo mejor en la próxima entrega tendrán la inmensa suerte de que se produzca un parricidio, elevando los índices de audiencia hasta el infinito. Hay que reconocer que la labor decasting, una vez más, ha sido fundamental. Los ojeadores han viajado por las Españas y han seleccionado a un personal de cuidado. Verdaderas alhajas que hacen gala de una violencia tremebunda. Y el ingrediente básico, o sea, el jinete protagonista que conduce a las vacas y a los individuos, esManuel Díaz El Cordobés. ¡Ah! Es una elección magnífica. Tiene este torero una historia personal perfecta para este cometido. Después de trotar un ratito, nos decía: «Yo crecí echando de menos a un padre ausente. ¡Nunca tuve su cariño!»; es decir, que le estaba mandando aManuel Benítez El Cordobés -su supuesto padre- unsouvenir. Se rumorea que la empresa Mediaset (Cuatro y T-5) ya está preparando un contrato para que se produzca el encuentro entre los dos en un plató. Mientras esto se cocina,Manuel Díazcabalga por la Pampa y redime a familias desunidas. Le ha salido un ejercicio mitadBonanza, mitadCurro Jiménez.

HAGIOGRAFÍAS. -La colosal semblanza que le han dedicado aEsperanza AguirreenInforme semanal(TVE-1) no solo ha sido desproporcionada y excesiva: no se han dado cuenta, en su excitación, que le estaban haciendo una hagiografía, o sea, parecía que glosaban la vida de una santa difunta. No es de extrañar tanto delirio: todavía recordamos la camiseta que el nuevo jefe de informativos de TVE solía lucir cuando trabajaba en Telemadrid: llevaba en el pecho una leyenda, rodeada de corazoncitos, que decía:«Con amor y revolución, con mi presidenta voy». ¡Ahh! Hay amores matadores, sí.