ENTREVISTA

Silvia Intxaurrondo: «El directo provoca un subidón que no se experimenta de ninguna otra manera»

La periodista vasca ha vuelto a Cuatro, la cadena que la vio crecer profesionalmente, para hacerse cargo de 'Un tiempo nuevo'

Silvia Intxaurrondo

Silvia Intxaurrondo / periodico

INÉS ÁLVAREZ / BARCELONA

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E l programa 'Un tiempo nuevo' ha vuelto tan renovado tras el verano que solo conserva su nombre. Entre los cambios, destaca el de su presentadora, Silvia Intxaurrondo (Santurtzi, 1979), una vasca que entremezcla en su currículo oficio – el que le ha aportado, por ejemplo, trabajar en varias ocasiones con Iñaki Gabilondo– y preparación académica –es licenciada en Periodismo y Filología Árabe y experta en el islam–. En el programa de Cuatro busca transmitir naturalidad para que la gente se sienta en él muy a gusto.

–¿Por qué ese empeño en conservar lo de 'Un tiempo nuevo'? 

–Porque son tres palabras que van mucho más allá del nombre de un programa. Sirven para describir todo esto que estamos viviendo, los cambios a los que actualmente estamos asistiendo.

–Lo único invariable es la competencia con 'La Sexta noche'. 

–Ojalá solo fuese, entre comillas, un reto contra La Sexta noche. Pero nosotros hacemos una oferta distinta para atraer a gente de todos los canales, teniendo en cuenta que estos tienen un alto grado de fidelización y unos contenidos que a la gente le atraen. Tenemos que hacernos un hueco.

–Pero si el Athletic lo ha logrado, ¿cómo no va a conseguir su reto una periodista bilbaína? 

–Fíjese, el Athletic ha tardado 31 años en lograr la Supercopa de España, pero lo ha hecho. Con lo cual aquí hay posibilidades [ríe].

–¿Qué cree que aporta Silvia Intxaurrondo al programa? 

–La naturalidad de pasar por todos esos contenidos con tranquilidad, con rigor periodístico y que, en lugar de entrevistar a alguien, conversa con esa persona. Espero que ese sea el granito de arena que aporte: que la gente se sienta a gusto hablando de política, de sucesos...

–Se tiende a la conversación en vez de la entrevista pura y dura. 

–A mí no me gusta la pregunta-respuesta ni usar un tono agresivo. Al entrevistado se le preguntará mil veces y ya responderá. Y si no, no será por no haberlo intentado.

–¿Se consigue más así? 

–A mí, al menos, siempre me ha funcionado. Cuando el entrevistado está a gusto, se relaja. Y si ve una sonrisa que significa: no me diga esto, que ya hemos visto que no es así, se genera una empatía , y entonces piensa: pues es verdad, no te la voy a colar; venga, va.

–¿Y con quién le apetecería conversar en el programa? 

–Ahora, con Rodrigo Rato, con el ministro de Interior... Pero invito a todo el mundo a que venga al plató y charle conmigo tranquilamente.

–¿Se ha dejado aconsejar por Sandra Barneda, su predecesora? 

–Sandra me parece una profesional magnífica: gran periodista y escritora. Por lo que sus consejos los escucho con los oídos bien abiertos.

–En cada programa se pega cinco horas de directo. ¿Disfruta? 

–A quienes nos gusta, el directo nos provoca una sensación, no sé si es clínicamente de adrenalina, pero sí un subidón que no se experimenta de otra manera. Con lo que acabas enganchada. Para mí esas cinco horas son una sensación mágica. 

-'Un tiempo nuevo' se ha estrenado a mediados de agosto. ¿Se ha quedado sin vacaciones? 

–La verdad es que ya he estado descansando, porque he sido madre recientemente.

–Enhorabuena. Pero ahora le toca cambiar bastante el chip. 

–Yo me adapto muy rápidamente. La vida es esto: es trabajo, ser madre, estar con los amigos, hablar con los colegas... Aunque todo eso viene junto, porque la vida no son compartimentos estancos.

–Con una profesión como esta, es bueno llevar bien los cambios, ¿no? 

–Sí, y a mí me ha venido muy bien moverme de un medio a otro, de una ciudad a otra. Te entrena mucho la mirada. Y te hace saber adaptarte.

–En ETB ha vivido dos proyectos finiquitados prematuramente. ¿Y si le pasa con este programa? 

–En televisión hay proyectos que empiezan y acaban; otros que empiezan y no acaban; y otros que cuando empiezan, lo presenta un profesional, pero cambia la productora y pone a otro. La televisión es un elemento vivo donde hay muchos elementos de cambio. Yo, aunque realista, soy muy optimista. Ojalá nos den tiempo y consigamos asentarnos. Ahora, mi mente está con esta perspectiva. En la otra pensaré solo si llega.

–No es nueva en Cuatro: presentó un informativo con Gabilondo

–Sí. Volver a Cuatro para mí tiene un componente emocional muy marcado, porque he regresado a la cadena que me vio crecer como periodista. Cuando vine a las reuniones para conocer al equipo, pasé por Informativos y me dieron la bienvenida. Me hizo mucha ilusión.

–Supone volver a casa. Aunque, de hecho, usted tiene varias. 

–Sí, y en todas he dejado grandes amigos y compañeros. Cuatro es una de mis casas y me encuentro muy a gusto en ella.

–Empezó su carrera en la radio con Iñaki Gabilondo, y luego volvieron a coincidir en la tele, en la CNN y en Cuatro. Un lujazo, ¿no? 

–Iñaki es un periodista exigente y, precisamente por eso, es un lujo trabajar con él. Es alguien que te exige, porque cree que tienes algo muy bueno que hay que sacar, y él lo saca. Para mí, Iñaki Gabilondo ha sido mi maestro y lo sigue siendo.

–Usted no es solo una cara bonita. Su currículo incluye, además, una sólida preparación académica. 

–Es que yo siempre valoro la especialización en un periodista. Pero no solo por estudios; también por oficio. Hay periodistas que tienen mucho oficio, porque han estado cubriendo una determinada área durante décadas o porque manejan muy bien los directos. Tanto esa especialización como la académica, yo las valoro muchísimo.

–¿Y por qué el mundo islámico? 

–Me gusta mucho la información internacional y pensé en especializarme. Yo notaba que algo se movía en el mundo árabe. No hablo de las revoluciones , sino de mucho antes; en el 2004 o el 2005. Yo estaba en la SER y pensé en aprender árabe.

–De eso a una licenciatura... 

–Es que cuando estaba con Iñaki en Noticias Cuatro, como él valora mucho el esfuerzo, la capacidad de trabajo y la especialización, le dije un día que acababa de ver en internet que en la Universidad Autónoma de Madrid se impartía una licenciatura de Filología Árabe. Pero que la última oportunidad de matricularse acababa en una hora. Él no dudó: «¡Coge el bolso y vete!». A la hora de la comida me preguntó: «¿Has hecho la matrícula?».

–¿Sí? ¿Lo había conseguido? 

–Sí. Y él me dijo: «Venga, hala, a estudiar». Y, así, mientras hacía en prime time el informativo de Cuatro, me sacaba la carrera. Luego hice un máster, y después pensé, y aún pienso, en hacer un doctorado que vincule mi oficio, el periodismo, con la investigación de la política internacional de los países árabes.

–¿Aún puede que lo haga? 

–No lo descarto. Eso y escribir. Yo me metí en este oficio para escribir y es justo lo que no he hecho. Hice la carrera en un tiempo que parecía que la raza estaba en los periódicos. Me envolví en ese aura del periodismo escrito, pero, cuando llegué a la radio, vi que era divertido y, además, hacía mi oficio con Iñaki Gabilondo... Y luego vino la tele... Me he divertido y me estoy divirtiendo mucho. Pero lo de escribir aún lo tengo ahí. Está pendiente.

–Oiga, ¿y cómo surgió trabajar para W Radio Colombia? 

–Julio Sánchez Cristo, otro gran maestro de la comunicación –un Iñaki Gabilondo de Colombia, vamos–, buscaba a un especialista en información internacional. Él hacía un programa de radio de ocho horas cinco días a las semana, y sin guion. Un monstruo de la radio. Me preguntó sobre los países árabes y me fichó. Hice de analista desde Madrid y luego fui de enviada especial a México, Palestina, Túnez... 

–Ese debía de ser su gran sueño... 

–Sí. Con ese programa me quité una espina que tenía clavada dentro de la información internacional: la de hacer de enviada especial.

–Ahora los asuntos islámicos lo envuelven todo. ¿No piensa aprovechar su especialización? 

–Es que manejando el idioma no hace falta estar en el lugar en el que se producen los hechos. Aunque siempre sea lo idóneo, ojo. Pero a través de la lengua árabe también puedes entrar en contacto con muchos medios de comunicación y muchas noticias. Yo ahora estoy muy a gusto aquí, porque la vida ha cambiado mucho para mí: ahora soy madre de dos niños.

–Y cambian las prioridades. 

–Sí, con lo que me alegro de haber matado el gusanillo de la información internacional y de haber hecho mis deberes en su momento.

–Ahora, ¿lo que le apetece es hacer algo como un 'Un tiempo nuevo'? 

–La verdad es que sí. Y más en unos tiempos como estos en los que estamos viviendo.