En La Sexta lloran por Zapatero

Como era de suponer, el anuncio deZapatero ha causado profundo dolor en La Sexta. En particular enEl intermedio, donde unWyomingcompungido dijo, inmerso en una gran tristeza:«Se nos va nuestro líder espiritual. ¡Ah! Cuántos recuerdos... Como muestra de nuestro profundo pesar, hoy vamos a hacer el programa con un crespón negro».Y, en efecto, un gran lazo negro fue incrustado inmediatamente y, al compás deCandle in the wind, aquella sentida melodía que interpretóElton Johnen el funeral deLady Di,nos fueron colocando fotos -trucadas, naturalmente- de la desternillante historia de amor que ha protagonizado estos últimos años unWyomingabsolutamente embelesado conZP.¡Ah! Nos hemos reído enormemente, o sea, que se demuestra una vez más que lo que salva a esta cadena es precisamente la ironía, el sarcasmo y el talento mordedor de sus criaturas más emergentes. No obstante, el mordiente podía haber sido más incisivo, más cáustico y mucho más desternillante, si en esta historieta de atracción y frenética pasión hubiesen sustituido aWyomingpor el dúoRoures & Contreras.¡Ah! Qué estampas nos hemos perdido. Qué trío más hermoso retozando por los jardines de la Moncloa.

LA DUQUESA NO INTERESA.- Poco, poquísimo interés ha suscitado la primera parte de la segunda parte del la miniserie -o telefilme-La duquesa. Con esta ficcionada recreación sobre laduquesa de Albay sus entornos, en especial su matrimonio con el exjesuitaJesús Aguirre,Tele 5 solo ha logrado un 8% deshare. Hombre, algo debían sospechar -olfato tienen- porque han intentado buscar la confrontación, el cacao, la polémica, en el programa que emitieron después. Montaron una mesa de debate en torno al tema e invitaron aJavier Saavedra,abogado asesor deCayetanaen materia audiovisual, y tras advertir de que a ella no le había gustado nada cómo han pintado, cómo han dibujado, la personalidad de su difunto esposoAguirre,intervino entonces la periodistaPilar Eyrey le soltó:«Tú has ejercido censura sobre esta serie. Has hecho suprimir una escena de una bofetada de la duquesa a su hijo Cayetano, y otra escena más que no sabemos cuál es».Pero a pesar del buen tono muscular de esta interpelación, no provocó el efecto esperado; o sea, no hubo ni enfrentamiento, ni protesta. Y encima, nos hemos quedado sin saber cuál era la otra escena que sucumbió a las tijeras de laduquesa.