Rosa López: "Todos en 'OT' hemos necesitado no uno, sino mil psicólogos"

Rosa López, la ganadora de la primera edición de ‘Operación Triunfo’, se ha reencontrado con sus 15 excompañeros en tres documentales especiales que veremos en TVE-1 (domingo, 22.10 horas) antes del macroconcierto del 31 de octubre en el Palau Sant Jordi.

¿Qué está sintiendo en estos días de reencuentro con sus compañeros? Lo que estamos sintiendo todos. No lo puedo explicar con palabras. Todavía no nos creemos que esté sucediendo esto y que la vida nos dé una oportunidad para poder dar las gracias a la gente. No somos nosotros solos, sino que es una cosa que compartimos con el público. Todo lo que pueda decir queda como superficial. Por eso no tenemos ganas de hablar,  sino de que llegue el momento de subir al escenario el día 31 para vivir el concierto.

¿Pero qué sensaciones tienen? Sentimos cosas parecidas a las de hace 15 años. Nos lo tomamos con más tranquilidad, pero no por eso con menos nervios porque respetamos mucho al público, que es el que nos ha hecho llegar hasta aquí. Es una cosa muy especial para nosotros, porque lo que nos une es un crecimiento personal y artístico acompañados de la gente.

¿No se le ha ocurrido a ningunos de ustedes en estos 15 años volverse a juntar? Nosotros nos moríamos por que esto ocurriera en algún momento. Pero nadie ha tenido los santos bemoles de provocarlo y hacerlo. Supone una gran esfuerzo económico y personal para un solo concierto. Es atroz el esfuerzo que ha hecho Tinet Rubira (productora Gestmusic) para que esto suceda. Aquí no tiene nada que ver el dinero o la publicidad. Hay un encontronazo con el pasado.

¿Cómo llevan ustedes el que unos hayan triunfado más que otros? ¿Ha notado celos o envidia en algunos de sus excompañeros? Nosotros amamos nuestra profesión y nos da igual estar en el número uno o en el 20, siempre que estemos contentos y felices con lo que estamos haciendo.

{"zeta-legacy-phrase":{"name":"Rosa L\u00f3pez","position":"Cantante","text":"No quiero llorar porque no quiero que se piense que no he evolucionado\""}}¿Qué ha sentido al ver las primeras imágenes del documental? Cada uno lo vivió de una manera. Yo no quiero hablar de más porque me da la sensación de que la gente puede creer que me he quedado en el pasado. No quiero llorar ni recuperar sensaciones de antes porque no quiero que la gente piense que no he evolucionado. Pero he de confesar que este retroceso en el tiempo saca de mi aquella Rosa de hace 15 años. Vuelvo a sentirla dentro de mi. Y siento un agradecimiento brutal a la gente porque lo he vivido y he crecido con el público.

¿Qué queda de aquella Rosa? Pues la esencia. Vas creciendo y el fondo es el mismo.

¿Pero ha cambiado mucho? Son solo 15 años. No puede haber muchos cambios en ese tiempo. Pero me han pasado muchas cosas y he tenido que aprender y desaprender mucho a la velocidad de la luz para ponerme al nivel de una persona normal y de un artista normal.

¿Le afectó a usted más que a los demás el éxito? Cada uno lo vivió de una manera distinta. Si hablo desde mi perspectiva, me da mucha rabia haber sufrido tanto por cosas que eran maravillosas y que me estaban ocurriendo en la vida. Desde aquí animo a todas esas personas que tienen la autoestima baja para que lean y hagan deporte. Son cosas superficiales que he tenido que acoplar en mi vida, pero que han sido el complemento perfecto para que los valores que me inculcaron mis padres a través de mi educación se hagan una pelota perfecta.

¿Por qué necesitó un psicólogo? Claro. De cara a la prensa quieres que todo sea maravilloso, pero por supuesto que fui al psicólogo. Yo y todos hemos necesitado no uno sino mil psicólogos.

{"zeta-legacy-phrase":{"name":"Me hubiera quedado a vivir en la Academia de 'OT' toda mi vida\"","position":null,"text":null}}¿Ha descubierto en estos días de reencuentro algunas cosas que no sabía de sus compañeros? Los artistas vivimos continuamente tapando miedos y nervios porque tiene que ser todo perfecto. Llega un punto en que hay que buscar un equilibrio y que no se pierda la naturalidad. Ese es realmente el trabajo. Cada vez nos conocemos más y nos queremos más. Somos una piña y nos queremos con nuestros defectos y nuestras virtudes. Porque todos los seres humanos tenemos alguna tara.

¿Por qué ha dicho que se hubiera quedado a vivir en la Academia? Yo estaba feliz allí porque estaba dedicada de lleno a cultivarme y tener hábitos de vida para mi voz, mi salud, mi cultura… Era tremendo. A día de hoy, eso lo hago. Pero la diferencia es que tengo que coger el coche para ir a cada cosa. Por eso me hubiera quedado a vivir allí toda mi vida.

¿Le pica el gusanillo de la maternidad? Tengo 35 años. No digo yo que no se me haya pasado por la cabeza, pero que no quiero (ríe).