Raquel del Rosario: "Eurovisión ha supuesto una cura de ego para mí"

Tras el penúltimo puesto en Eurovisión, Raquel del Rosario ha hecho balance de lo que ha supuesto el festival de la canción en su carrera. "No lo cambiaría por nada", admite, aunque hace autocrítica y reconoce que los nervios le jugaron una mala pasada. "Eurovisión ha supuesto una cura de ego para mí", confiesa.

La cantante de El Sueño de Morfeo ha plasmado sus impresiones del festival en su blog en la revista Elle, donde afirma que el grupo aceptó el "reto" de participar en el certamen musical "con ilusión, sabiendo el trabajo que suponía, la exposición a críticas y el riesgo de quedar en una mala posición y tener que lidiar con titulares morbosos y dañinos sobre el 'fracaso'".

AUTOCRÍTICA

"En vez de ser crítica con lo demás voy a serlo con quién realmente he de serlo, conmigo misma", analiza, antes de afirmar que ve "injusto" el desenlace después del trabajo y la dedicación que han mostrado los tres miembros del grupo. Sin embargo, reconoce que le invadieron los nervios antes de salir al escenario. "Pensé que no era justo que después de ocho años trabajando sobre un escenario los nervios me jugaran una mala pasada y me temblaran hasta las pestañas durante los primeros segundos de la canción y que después de una semana de ensayos la mezcla final de sonido no fuese la mejor".

Una frase de Eric Rolf en el libro 'La medicina del alma' la hizo reflexionar: "Arriesgar el ego". "Entendí entonces que Eurovisión ha supuesto una cura de ego necesaria para mí”, señala.

Así que la cantante dice que se queda con lo mejor el festival. "Sin duda disfruté mucho sobre el escenario, disfruté de la experiencia y la llevo grabada en mi corazón como una lección importante en mi vida ¿Qué mejor trofeo que ese?"

LA ACTITUD EN EL AEROPUERTO

Del Rosario también ha tenido palabras contra las críticas a su supuesta mala actitud con los medios que la recibieron en el aeropuerto a su llegada de Malmoe (Suecia). "No es justo", dice, acerca de los comentarios sobre su reacción.

Y por eso da su versión de los hechos: "A mi llegada solo había dos paparazzis (un fotógrafo y una chica con una cámara de mano). Mi reacción fue como siempre aligerar el paso para esquivarles, no hay cosa que me robe más energía que un paparazzi que me 'atraque' de manera improvisada a la llegada de un viaje, en el portal de casa o a la salida de un restaurante. Ese no me parece el lugar correcto y así se lo hice saber a la chica. Ella insistió en que solo quería saber cómo me sentía y le contesté porque sabía que si no lo hacía esto traería cola, que al final la ha traído igual porque al parecer yo no hice ninguna declaración a los medios que se congregaron en el aeropuerto".

"No señores, mi actitud ante los medios durante toda la semana ha sido impecable antes y después del festival y me duele ver críticas en periódicos a los que dediqué un rato de charla en el sofá del 'hall' de mi hotel la semana pasada. Es realmente triste", concluye.