tú y yo somos tres

Pulseras políglotas

FERRAN MONEGAL

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Ni una brizna de intensidad, ni un miligramo de emoción, ha perdido la versión castellana dePolseres vermellesque acaba de estrenar A-3 TV en horario de rigurosoprime time, cosechando además una excelente audiencia y liderando la noche. Enorme satisfacción pues para su creador,Albert Espinosa,para el director,Pau Freixas,y para el resto del equipo y excelentes intérpretes. Y me atrevo a decir que también para TV-3, la cadena que creyó en esta extraordinaria historia, que la impulsó sin reservas, y que ahora está inmersa en la fase de construcción de la segunda temporada. Solamente un apunte, una pincelada, sobre algunas voces roncas, algunas orejas sordas como una tapia, que se han extrañado, y se han lamentado con acritud, de que se haya mantenido la banda musical en catalán (subtitulada en castellano). ¡Ah! Después de tantos años soportando teleseries sobre hospitales en las que de lo único que se trataba era ver con qué enfermera se acostaba el cirujano, o cómo escarbaban en la enfermiza contemplación de falsos accidentados cubiertos de kétchup; si después de esta trayectoria, cutre y de bajos vuelos, resulta que el gran reproche aPulseras rojas es que las canciones de la banda sonora se han mantenido en catalán, ¡ah!, entonces solo cabe entonar un aleluya colosal y estupendo. A lo mejor si las canciones fueran en inglés, o en serbio-croata, los fieros ladridos se habrían transformado en dulces maullidos de alabanza.

FERRAN ADRIÀ.- Y le preguntó en un momento dadoJulia OteroaFerran Adrià(Entrevista a la carta, TVE-1):«Oye, perdóname, pero no vocalizas nada». ¡Ahh! Me parece que es la primera vez en la tele que alguien le sugiere al mejor cocinero del mundo que pase por la consulta de un logopeda. Hombre, la dicción deAdrià es, efectivamente, pintoresca: habla hacia adentro en lugar de hacia afuera. Pero no se tomó mal la advertencia. Todo lo contrario. Con sentido del humor, y profundo realismo, puntualizó:«En la vida, lo que no puedes cambiar no vale la pena preocuparse por ello». Recordó entoncesJulia Oteroaquella divertida respuesta que dio una vezXavier Triascuando alguien le afeó que pronunciaba mal las erres. Contestó: «Si pronunciando las egesasí he llegado a ser dos veces conseller de la Generalitat y, ahora, alcalde de Barcelona, me parece que la visita al logopeda sobra». ¡Ahh! Tiene toda la razón.