La prioridad: comprar armas

Además de desvelarnos que el gasto anual que España dedica al mundo militar no solo son los 7.411 millones de euros que publica el Ministerio de Defensa, sino que llega hasta los 16.000 millones si se le añaden las partidas que asumen los Ministerios de Industria y de Exteriores... Además de iluminarnos, BOE en mano, con las curiosas relaciones contractuales que el Ministerio de Defensa mantiene con algunas industrias de armamento, a las que compra carísimos artefactos y además las subvenciona con créditos que en muchos casos no se devuelven... Además de informarnos de las últimas adquisiciones bélicas, como el avión de combate F-2000, 84 aparatos a 130 millones de euros cada uno, o los carros de combate alemanes Leopard-2, de 60 toneladas, que según el excomandante Jesús Núñez «no hay prácticamente ningún sitio en toda España que se puedan desplegar»... Además de poner en conocimiento de la audiencia este gasto colosal, lo más iridiscente de los paseos y encuentros de esta semana de Jordi Évole (Salvados, La Sexta) ha sido la conversación que ha mantenido con Eduardo Serra, exministro de Defensa de la época Aznar. Le decía Évole, entre sorprendido y asustado: «Parece que la prioridad, por encima de Educación o Sanidad, es la Defensa». Y el exministro respondió: «¡Sin duda ninguna! La Defensa es a la sociedad lo que la medicina al individuo. Imagínese que no gastamos en Defensa y mañana llega el señor Al Qaeda y dice que... ¡que quiere quedarse con Al-Andalus!» ¡Ahhh! Después de este argumento, el bendito Jordi Évole, lejos de tranquilizarse, se acollonó todavía más.

Hombre, cabe replicar a este exministro de la guerra. Si eliminamos Sanidad y Educación, porque no se consideran temas prioritarios, a lo mejor el fenomenal Ejército de España acabará defendiendo un territorio sin nadie. Todos difuntos o emigrados. O sea, como en el peñasco Perejil, que solo había cabras.

CEGUERA .- Acaba de declarar Jaime Mayor Oreja, político del PP que también fue ministro con Aznar: «Es un disparate que se televisen en directo problemas de orden público. ¡Incitan a la gente a manifestarse!» Estamos de acuerdo. Si hay problemas en la calle lo mejor es que la tele no enseñe nada. Como máximo grabarlo. Y luego, con calma, ir editando las grabaciones. Esto eliminado, esto se corta, esto no interesa que se vea... ¡Ahh! ¡Fantástico!