tú y yo somos tres

Porteros, barberos, ¡políticos!

Ferran Monegal

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Qué hermosa resurrección la que acaba de impulsar Pitu Abril en La porteria (BTV). «Como dijo César Luis Menotti, '¡lo más vanguardista es recuperar los clásicos!'» nos decía Pitu con gran satisfacción al inicio del programa. Y, efectivamente, la recuperación del clasicismo consistió en ver aparecer a aquellas criaturas que tanto triunfaron 22 años atrás en La barberia de TVE Sant Cugat, es decir, Enrique Lacalle, Jaume Sobrequés, Francesc Baltasar, Ernest Benach y Carles Canut. Hombre, hemos echado en falta a Jaume Camps, es verdad, pero Lacalle nos iluminó con un mensaje divertido: «Me ha dicho Camps que no ha venido, porque su principal adversario (Sobrequés) le tiene desbordado con su soberanismo, y que no se ve con fuerzas para presentarse aquí como socialista». ¡Ahh! Cómo nos reíamos con este mundo al revés tan divertido, con este pintoresco Sobrequés que ha pasado del socialismo al independentismo, y con un Camps que se ha ausentado porque no se atreve a recoger el cargo vacante de socialista del grupo (más risas). En noviembre del 2010, el primer lunes después de las elecciones autonómicas en las que triunfó Mas y perdió Montilla, Pitu ya reeditó La barberia fusionándola con La porteria. Aquí se lo conté con el título de Porteros, barberos... ¡políticos! Aquella fue una reedición puntual. Ahora la resurrección es definitiva y será todos los lunes. Pero el título vale el mismo: siguen siendo todos unos fantásticos humoristas de la política. Decía Benach, contentísimo: «El argumento es el número 11. 11 jugadores de la cantera azulgrana ganaron al Levante. 11 puntos le llevamos al Madrid. ¡Y 11 nuevos diputados son los que el domingo ganó Junqueras!». ¡Ahh! Se le abrían las carnes de gusto. O sea que el fútbol era la excusa para seguir hablando de política. En un momento dado, Sobrequés lanzó una meditable teoría. Salió al paso de la opinión de Lacalle sobre la exclusión europea de una Catalunya independiente, y contratacó diciendo: «Bueno, estaremos fuera de Europa, ¿y qué? También lo están Suiza, Andorra... y les va muy bien». ¡Ah! Es un argumento que merece atención. Una Catalunya entendida como paraíso fiscal tendría su atractivo. Vendrían capitales a punta pala. Gibraltar quedaría en la ruina. Y además podríamos montar Las Vegas en serio, y no esa broma que va a hacer Adelson en Madrid. ¡Ah! Esta fusión de La porteria y La barberia va a darnos grandes alegrías.