tú y yo somos tres

Polvo y anécdota

Julia, guardiana de la urna de las futuras cenizas de Pedro (TVE-1).

Julia, guardiana de la urna de las futuras cenizas de Pedro (TVE-1).

FERRAN MONEGAL

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Restallante, imparable, desbordado y desbordante,Pedrito Ruizatendió la llamada deJulia Oteropara su programaEntrevista a la carta(TVE-1) y nos deparó una noche entretenida, llena de retranca e ingenio. Intitulándose a sí mismo como«soy el hombre aforismo», o sea, la sentencia, el axioma, el proverbio hecho persona, comenzó a disparar adagios sobre la marcha, uno detrás de otro. Parecía, él solo, los cañones de Navarone pasados por la real academia del apotegma. Pongamos una muestra:«Los políticos son los pastores que tienen los ricos para manejar el rebaño. Los peores de la clase son los que nos están dado clase. A este país nos dieron cocaína, luego nos acusaron de cocainómanos y ahora nos cobran la metadona. Hoy ser de izquierdas o de derechas es como elegir entre la hepatitis y la cirrosis. Lo que hizo Hacienda con Lola Flores deberían haberlo hecho con Botín: la historia de España es la historia de un Botín. El odio es negocio. La tele son falsos testimonios y publicidad», y así casi hora y media. ¡Ahh! Qué bárbaro. Aunque no es charlatanería lo dePedrito, sino notable lucidez, debo advertirle cordialmente que lanzar ristras sistemáticas de máximas a velocidad demachinen-que-tiren-balen, que es como llaman los alemanes a la ametralladora, puede provocar perforación mental en el humilde personal que estábamos en casa siguiéndole. Pero comprendamos aPedrito: hace tanto tiempo que la tele no le invita, ni le llama, que para una vez que tiene la oportunidad se desborda. Una de los mejores momentos fue cuandoJuliadio paso a la pregunta del humoristaMillán Salcedo. Dijo:«Oye Pedro, ¿qué van a resaltar de nosotros los Telediarios cuando nos muramos?». ¡Ah! Fue una pregunta con una socarronería profunda y estupenda. SonrióPedritoal escucharla. Y contestó con una cita atribuida aOscar Wilde pero que popularizóOrson Wells:«Hagas lo que hagas, te recordarán por una anécdota», y añadió:«Tú serás recordado por la empanadilla, y yo por el teléfono de Borrell».

Sesión muy disfrutable, en suma, la que construyóJulia Otero. Llena de chispa, y en la que también descubrimos la enorme humanidad, la ternura y la soledad de este explosivoentertainerque quiso acabar con un golpe de humor negro transformando aJulia Oteroen depositaria y guardiana de la urna que albergará sus cenizas cuando se muera. ¡Ahhh! Polvo y anécdota.