ENTREVISTA

Iván Massagué: «Parece que a las teles les cuesta apostar y aguantar»

El actor catalán Iván Massagué, en la serie de Cuatro 'Gym Tony'.

El actor catalán Iván Massagué, en la serie de Cuatro 'Gym Tony'.

JUAN CARLOS ROSADO / MADRID

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Tras tres años navegando en El barco de A-3 (2011-2013), el actor catalán Iván Massagué se ha embarcado como protagonista en una telecomedia de sketches de emisión diaria.

Gym Tony?

-¿Qué le gusta más de

-La gente. Es lo que se suele decir, pero es que hemos hecho un equipazo fenomenal. Los nuevos que han llegado se han adaptado muy bien. Hay mucho cachondeo, pero el ritmo es impresionante. Nos dan poco tiempo para reírnos, porque enseguida nos dicen que hay que hacer otra secuencia. Hay buen rollo.

-Graban a un ritmo de vértigo, ¿no?

-Sí, al principio era una locura. Ahora, al haber más personajes, se reparte un poco más. Lo que pasa es que yo soy el que más sale y tengo que estudiarme escenas con todos. Por eso me están cuidando más y lo puedo hacer mejor.

-¿Está muy guionizada o les dejan margen para crear?-Nos dejan mucho. El director lo tiene muy claro, pero si propones marcianadas te dice que no. Que seas fresco en comedia es fundamental ,porque el chiste esta más vivo. Si lo repites mil veces, el chiste no te saldrá. Nos dejan meter morcillas en el texto. Te lo tienes que aprender muy bien, pero a lo mejor hay palabras que se pueden cambiar. Yo soy, además, catalán y modifico las construcciones.

-Empezó con audiencias flojas, pero ha remontado el vuelo. ¿Por qué ha mejorado tanto?-Quizá el propio formato. Son siete minutos en los que si no te gusta un chiste, te gusta el siguiente. Y hay muchos personajes, de modo que cada uno hará buenas migas o se sentirá identificado con uno de ellos. No hay que pensar y te lo damos hecho. Pero ahora nos va fenomenal. Últimamente no bajamos del 7%, y solo un día al 5%, porque había fútbol.

-Recuerda a Camera café.-Sí, es otro tipo de canallismo, pero es el mismo formato. Pero Camera café no lo veía porque no tengo tele. Hace cinco años que no veo televisión.

-¿Y eso?

-Tengo una casa muy pequeña y no me cabe [ríe]. Veo todo por ordenador: los capítulos y las otras cosas que me interesan. Soy selectivo.

-¿Y qué es lo que ve?-Porno, solo veo porno. Fuera de bromas, mucha cocina. También las noticias y redes sociales. De cocina veo programas de EEUU e ingleses. De aquí todos los Masterchefs y también los de niños. La cocina me gusta mucho, porque me ayuda a evadirme. Me da paz y tranquilidad. Con ella desconecto de tantas horas de trabajo como me tiro aquí.

-¿Trabaja en algo más que la serie?

-Acabo de terminar una película en Barcelona, estoy en teatro con Emilio Gutiérrez Caba en La mujer de negro, y entre semana grabo esto. Las tres cosas son muy distintas. Es un poco lío, pero soy muy afortunado con tocar tres palos en un momento tan difícil como este.

-¿Se quedó con ganas de El barco?

-Sí, nos faltó una temporada más. Aquello fue un final de temporada más de que serie.

-¿Por qué cree que se vino abajo?-Marearon mucho al público, y la gente al final dice: «Oye, que no somos tontos». Estuvimos un año sin emitir, luego emitimos y encontramos ya tierra, pero hasta el capítulo siete no la tocamos. Cuando mejor va un restaurante es cuando más encima tienes que estar. Esto es igual. Se la dejaron perder un poco. Faltó una temporada para despedirnos de ese público tan cojonudo que tuvimos. A nosotros también nos sorprendió que acabara así. Yo no me podía creer que mi personaje, Burbuja, tuviese ese final. Es una espinita que voy a tener toda la vida.

-¿Eso comentaban los actores?-Sí, entre nosotros decíamos que menos amor y más aventura. Se abusaba de las tramas de amor, porque creo que en este país cuesta apostar por la aventura. Por ejemplo, El Ministerio del Tiempo, que dirige mi amigo Marc Vigil, es buenísima. A mí esto me molesta mucho. Parece que a las cadenas les cuesta apostar y aguantar.