El otro tsunami

No amaina la ola gigantesca queSantiago Seguraprotagoniza, entrando en las cadenas de televisión y arrasando todo lo que pilla. La semana pasada, después de penetrar sucesiva e implacablemente enLa noria, El hormiguero, Sé lo que hicisteis..., Territorio comanche, Espejo público, Divendres, Qué tiempo tan feliz y Buenafuente, creí que su efecto tsunami amainaría. ¡Qué ingenuidad la mía! La pavorosa y torrencial ola, sigue. EnDEC(A-3 TV), por ejemplo, el efecto devastador ha sido doble, porque se ha presentado conKiko RiveraPaquirrín. Es una letal combinación, es indiscutible. La cotilla en nómina del programaMaría Patiño(que también sale como ingrediente en la caspa deTorrente 4) tuvo una gran excitación y le decía aSegura:«Oye, ¿yo podría enseñar los pechos en tu película?» ¡Ah!, no es una propuesta desdeñable. Bien mirado, lo que ha hechoSeguraen su filme es una simple traslación de los freakisde la tele, incluidos los cotillas, o sea, un bestiario zoológico desde elDEC hasta elDeluxe. De modo que, más que cine, lo que debería hacer es una guionización pornotelevisiva del día a día de estos programitas,y que lo emitieran, conjuntamente todas las tardes, T-5 y A-3 TV. También entraría la pornopolítica en esta papilla, porquePaquirrínadvirtió que le han mandado mensajes que decían:«¡Métete en política! ¡España necesita una persona como tú!»Y añadió que le han propuesto formar un partido que se llamará URP, es decir, Unión Resaca Paquirrín, iniciativa que complementada con aquello deBelén for president tendría sentido. Este tsunami que tan hábilmente generaSegura, al que permiten irrumpir en canales privados y públicos para anunciar gratis su mercancía, genera no obstante un feo efecto nepotista. El trato de favor hacia su caspa provoca el enfado de fabricantes de estimables champús que la mitigan.

FLORES NEGRAS. -Ese golpe semanal de BTV sobre el mundo de los sucesos tituladoLes flors del malen casa nos interesa. Practican el análisis en lugar del morbo. Hace unos días profundizaron en aquel suceso que se llamóEl asesinato del cajero automático de la calle de Guillem Tell. Nos diseccionaron la personalidad de los jóvenes asesinos pero, sobre todo, nos iluminaron acerca de la víctima, esa pobre mujer que se llamabaCharo.La vida deCharo,bien estudiada por el biógrafoPere Meroño,nos ha parecido sorprendente. Su trayectoria existencial merecería que el cine (no la caspa) se ocupara de ella.