ENTREVISTA

Imanol Arias: "Antonio ha perdido su poderío, pero la debilidad le ha hecho más grande"

El protagonista de 'Cuéntame' cómo pasó' reflexiona sobre su personaje en la 16º temporada de la ya histórica serie de TVE-1

manol arias

manol arias / periodico

JUAN FERNÁNDEZ / MADRID

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Los curiosos lazos que traza la serie 'Cuéntame' con el tiempo y nuestra historia reciente plantean paradojas jugosas. He aquí a Imanol Arias confrontando una de altura: su personaje transita por el ecuador de la 16ª temporada modulando la intensidad que le distinguió en el pasado para sustituirla por un tono más relajado y distendido. Por otro, el actor que encarna a Antonio Alcántara es incapaz de revivir 1983, el año por el que anda ahora la ficción, sin sentir un cierto pellizco. Fue un año trascendental en su carrera y en la historia del país, pero no parece haber ira, ni tampoco regodeos de nostalgia, en el recuerdo.

–¿Cómo ve a Antonio Alcántara a estas alturas de la serie? 

–En la temporada pasada, el personaje fue llevado a tal extremo que solo había dos salidas naturales: someterlo a una crisis permanente o reinventarlo. Se ha optado por esto último, a mi modo de ver de manera acertada.

–¿Cómo ha sido esa reinvención? 

–Antonio ha abandonado la prepotencia, o ella le ha abandonado a él, y esto le ha hecho mucho más irónico, más bromista, más risueño. En parte es por la edad, pero la enfermedad también ha ayudado. Ahora sus armas son el humor, el reconocimiento, la sinceridad y carecer de prisa. Este Antonio no se enfada tanto con todo lo que antes le sacaba de sus casillas, y esto afecta a su relación con Merche, a la que cede ámbitos de poder que antes ocupaba él solo, y al barrio, que deja de estar poblado de enemigos personales.

–¿Y su actual relación de pareja con Merche? 

–Antonio viene de estar muy obsesionado con recuperar a Merche, pero desde un punto de vista muy varonil. Quería que a ojos de todos quedara claro que volvían a estar juntos y que eso se reflejara en sus encuentros íntimos. Pero ahora ha descubierto que el sexo, a estas alturas de la vida, ha dejado de ser una quiniela, que se echa una vez a la semana, para ser la lotería de Navidad, que se juega una vez al año. Darse cuenta de esto le alivia mucho.

–¿Es un Antonio más humano? 

–Digamos que los guionistas han sido esta vez más benevolentes con él. Sigue teniendo su reconocido mal carácter, pero ha perdido el poderío que antes tenía. Sin embargo, esa debilidad le acaba haciendo más grande. Por otro lado, él y Merche tienen que hacer frente a algo más profundo: la enfermedad de ella. Cuando una mujer pierde un pecho, ha de rehacer una parte de su vida, y ahí la ayuda de Antonio es fundamental.

–Después de 16 temporadas haciendo el mismo personaje, ¿cómo mantiene el tono y las ganas? 

–Es inevitable que te encasilles y te especialices, pero procuro evitar ese vicio reinventando a Antonio en cada temporada. Sigo inspirándome en mi padre, en el cariño y la dureza que él tenía, pero trato de renovarlo cada año. En esta temporada, el personaje es más cómico y eso me hace sufrir, porque la comedia es un terreno en el que me siento más inseguro. Lo que hago es traerlo a mi terreno. Pienso en cómicos como José Luis López Vázquez, o en el Alberto Closas de la película La familia y uno más.

–¿No se cansa de encarnar el mismo papel durante tanto tiempo? 

-No, si de vez en cuando me dejan escaparme a la India para dar vida a Vicente Ferrer o me llaman para hacer Anacleto: agente secreto, que se estrenará en septiembre. He disfrutado mucho rodando esta película, porque me han hecho volar, saltar, colgarme de cables, hacer derrapes y he trabajado junto a mi hijo pequeño, Daniel, que solo tiene 12 años y ya es un youtuber. Ha sido toda una experiencia.

–Volvamos a 'Cuéntame'. La separación de los Alcántara la temporada pasada generó muchas críticas. Parecía que se venía abajo una institución intocable. ¿Valoraron los riesgos de esa ruptura? 

–Claro que sí. De hecho, en la lectura de guion ya lo comentamos. Pero la serie tiene una dimensión transversal e histórica y es inevitable que los personajes, si queremos que no mientan, sufran las consecuencias de los hechos que acontecen en la sociedad española. El divorcio de los Alcántara impactó, pero es que la ley del divorcio también lo hizo en su momento.

–¿Cómo lo recuerda? 

–El divorcio llegó casi sin enterarnos. Cuando lo tratamos en la serie Anillos de oro, ya estaba en la sociedad. De pronto, el anatema se había convertido en algo habitual y la gente empezó a ver normales