ENTREVISTA

Hurtado: «Los autónomos no nos jubilamos, porque no nos dan ni un duro"

El presentador lleva 17 años al frente del concurso de La 2 'Saber y ganar', que el viernes cumple 4.000 programas

JORDI HURTADO

JORDI HURTADO / periodico

OLGA LERÍN / Barcelona

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Lo suyo al frente del concurso de La 2 'Saber y ganar' es toda una proeza, o un milagro, según como se interprete el panorama audiovisual. Los números que acumula el presentador Jordi Hurtado (Sant Feliu de Llobregat, 1957) son de vértigo. En el 2015 celebrará su 30º aniversario en TVE (en 1985 estrenó 'Si lo sé no vengo'), el pasado mes de febrero cumplió 17 años al frente de 'Saber y ganar', programa que el viernes llega a las 4.000 ediciones. Y todo ello, ganándole por goleada la batalla al tiempo. Los comentarios sobre su aspecto físico no cesan. "¡Está vivo!" es la frase que más de uno le suelta cuando le tiene delante. Y acto seguido, inmortalizan el momento en fotos.

-¿No siente cierto aburrimiento después de estar 17 años al frente de 'Saber y ganar'?

-No, al contrario. Esta es la grandeza: primero porque tengo trabajo y hoy día no te puedes aburrir de tenerlo, y, además, realizamos un producto bien hecho, que gusta y tiene un éxito abrumador. Es un estímulo. Nos sentimos muy privilegiados.

-Se haría de oro si vendiese la pócima del éxito a alguno de sus colegas...

-Sí, pero cuando empiezas no sabes si durarás tres meses. Decir en 1997 que 'Saber y ganar' sería un programa de larga duración con las diferentes situaciones que hemos vivido en la tele era imposible. Ahora es una realidad palpable y se ve que el programa puede continuar porque tiene salud, audiencia y mucha fuerza detrás. Se ha consolidado como marca de tele.

-¿No tiene su mérito que usted siga ahí en un momento en que la veteranía en los medios ya no es un grado?

-En este país siempre vamos a destruir lo que funciona, lo que cuesta mucho de conseguir. Tener tablas para dominar el producto y hacerlo cada día mejor es lo más costoso. Eso es, en definitiva, la veteranía y la experiencia. Todo esto se traduce en que el programa se hace mejor. Parece que esto no interese. En EEUU Jay Leno se acaba de retirar porque él ha querido. A mí me gustaría poder hacer eso para estar detrás de la cámara. Es una chorrada quitar a alguien porque lleva mucho tiempo.

-¿En todos estos años ha dejado alguna vez de hacer el programa?

-Tuvimos que suspenderlo una vez por afonía. Fue tan grande que ni con el otorrino conseguí quitármela. Otras veces los resfriados los pasas en el plató. Cuando estoy muy tocado, tengo debajo de la mesa cosas calientes, como infusiones de miel y limón, para aguantar todo el día e ir calentando la voz. Lo fastidioso es que como grabamos varios programas en un día, mantienes esa mala voz durante toda la semana.

-¿Para estas ocasiones no tienen a un Jordi Hurtado de repuesto?

-A veces, con Juanjo Cardenal sí que h pasado, porque ha tenido alguna enfermedad puntual y ha estado de baja. Vino Jordi Royo, un reconocido actor de doblaje. Pero, en general, hemos tenido la suerte de disfrutar de salud. ¡Toquemos madera! Es lo que dice el chiste: "Si quieres no tener gripe, no estar resfriado y no ponerte enfermo, hazte autónomo".

-¿No se plantean hacer tándem con Juanjo en pantalla?

-El director, Sergi Schaaff, es quien manda y ha diseñado así el programa. Jugar con el misterio de la invisibilidad de Juanjo y la presencia de su voz le da grandeza al concurso. Si saliese cada día en pantalla, tal vez esa voz no tendría la fuerza que tiene. La gracia es combinarlo. Esta pareja surgió en 'Si lo sé no vengo', en 1985. El "¡Atención, pregunta!" nació allí.

-Vamos, que se han convertido en la extraña pareja…

-Sí, pareja de hecho televisiva (ríe). Tenemos muy buen rollo. A veces discutimos de cosas de contenidos, pero son tantos años de conocernos que hay una gran complicidad, y eso se agradece mucho. Tú puedes decir lo que quieras y él siempre te sigue.Sabes que puedes tirarte a la piscina como quieras. Él también me puede sorprender a mí y a veces río espontáneamente. Estar con Juanjo me da mucha seguridad y tranquilidad.

-Un cambio visible han sido sus gafas, de colores vistosos.

-A veces, la gente me dice: "Es que no cambia nunca". Pues es que no se fijan. Ya que el espacio es siempre el mismo, juego un poco con las gafas, que es el único elemento externo que un hombre puede mostrar. Como las llevo desde los 12 años, y me encantan, sigo con ellas. No me quiero operar. Con un amigo óptico, Jordi Riaza, vamos buscando que sean actuales. Me gusta ser moderno en la ropa y las lentes, pero me debo sentir cómodo, que se vea mi personalidad. Es un guiño también al telespectador.

-¿No está cansado de la cantinela de la inmortalidad de Hurtado?

-Creo que ya le hemos dado la vuelta y ahora nos reímos. La gran vigencia del programa es su continuidad, que hace que la gente te vea cada día a esa hora en La 2. Y eso da la sensación de que eres incombustible, que no te marchitas, ser inmarcesible, un adjetivo que el gran Constantino Romero también utilizaba mucho.

-Igual al estar en esa franja TVE se ha olvidado de ustedes y por eso llevan 17 años al pie del cañón…

-No, TVE lo tiene muy claro y cuida mucho el programa. Lo ha potenciado. En febrero cumplimos 200 ediciones en el fin de semana. Hacer esas entregas desde hace dos años ha reforzado el espacio, lo que le da riqueza, valor y continuidad, no como esos programas que nunca sabes cuándo y cómo van. Por esto tenemos esa gran fidelidad del telespectador, que dicen que es de un 65%. La dirección tiene claro que 'Saber y ganar' es el valor de La 2. Muchos días tenemos más audiencia que algún espacio de TVE-1, y en el 'ranking' de los 30 más vistos de todas las cadenas, aparte del Telediario y el Corazón..., siempre estamos nosotros.

-¿Ese 65% de fidelidad que usted comentaba es la clave del éxito?

-Es muy importante. El 65% quiere decir que esas personas no cambian durante la emisión del programa, que no hacen zapeo.

-¿Qué parte de culpa tiene usted de ese éxito?

-Somos un equipo. Es muy importante tener buenos guiones y preguntas que sean ingeniosas; se debe ser riguroso, tener gracia y venderlo bien. El programa ha mejorado con los años, porque estoy muy a gusto y soy más libre, y eso se traduce en estar más relajado. La improvisación siempre ha existido, porque no hemos tenido nunca ni prompter ni pinganillo, solo tarjetas con las preguntas. El resto te lo inventas, y esto es un estímulo. Siempre has de estar muy vivo en las grabaciones para sacarles jugo y hacer hablar a los concursantes. Les insisto en que esto no es un examen, solo un programa de tele.

-Y una curiosidad. ¿De qué hablan cuando se reúnen al final de la emisión en la penumbra?

-Sergi diseñó el espacio sin careta de entrada. Así que nosotros somos la careta, de entrada y salida. Todos los concursantes nos comentan que la gente les pregunta de qué hablamos. Y lo hacemos de la última prueba, de las pistas, hacemos bromas... Es cuestión de relajarse. Y al principio les decimos que no estén tensos. Juanjo explica chistes.

-¿Ve a 'Saber y ganar' en TVE-1?

-No hace falta. Tal como está hoy día la tele, tenemos más audiencia muchos días que otros programas de TVE-1 y no es necesario cambiarlo. Lo importante es no moverlo, porque eso es parte del éxito.

-Pero ha habido algún intento...

-Hicimos una prueba hace bastantes años a la una del mediodía. Nos pusieron una semana para ver qué pasaba. No sucedió nada extraordinario. Pero no es lo mismo estar a la hora que estamos nosotros, en una franja consolidada, que pasar a la una o las siete de la tarde con la competencia que hay. A las ocho de la noche, por ejemplo, sería muy difícil competir. Aquella vez no subió mucho la audiencia de TVE-1. Se quedó en un experimento.

-Un momento crucial debió de ser cuando TVE dejó de emitir publicidad, en el 2010. ¿Cómo lo vivieron?

-De manera muy complicada, como toda la casa, con reducciones notables de presupuesto. Por eso no se pueden aumentar los premios del concurso. Sergi siempre dice que le gustaría que fueran más grandes, pero la situación lo hace imposible. Se pasaron dificultades, pero eso ha quedado atrás y seguimos ahí. No podemos dar cada semana un bote de 100.000 euros. Es imposible. Eso ya lo hacen las teles privadas en programas que tienen un bote de un millón de euros.

-Mucha gente desconoce que usted no es un trabajador de plantilla en la tele estatal.

-No, nunca lo he sido. Siempre me han contratado. Es una relación de mucho cariño y fidelidad, de conocer a la gente... Soy libre, pero estoy muy enganchado a la imagen de TVE.

-¿No se ve entonces en otra tele? 

-Todos somos profesionales libres y tenemos un futuro. Nunca se sabe qué puede pasar. Nosotros vamos mucho al día. Mientras nos renueven, seguiremos aquí. No te planteas otra cosa en estos momentos.

-¿Si cambiase, qué presentaría?

-Un formato atractivo, bien hecho y potente, y que sea claro, divertido, ingenioso y honesto, dentro del entretenimiento. Ya llevo muchos años y estoy muy a gusto. Tengo muy claro lo que me gusta hacer.

-¿Le importaría jubilarse en TVE?

-No. Lo que me importa es tener siempre trabajo, pero como los autonómos no nos jubilamos porque no nos dan ni un duro, mientras tenga salud, si me dejan, seguiré. Seré como los actores de teatro, que los ves en el escenario con 80 años.

-Usted arruinaría a las clínicas de cirugía estética…

-O al contrario, pero una marca de crema 'anti-aging' sí que me puede fichar para que sea prescriptor. Ya que tengo una imagen tan lozana, anunciemos cremas antiarrugas (ríe). Es una buena opción.