Flotar hundiendo al otro

El alegre y vivaz posturismo dePaulina Rubioha vuelto a encandilar aPablo Motos. Apareció ella enEl hormiguero-para promocionar su nuevo disco,Boys will be boys, naturalmente- y fue tanta la energía que desplegó, todo el rato excitada y moviéndose, que se puso a sudar copiosamente. ¡Ahh! YPablo volvió a hacer entonces aquello tan hermoso que ya hizo en la anterior visita dePaulinaa su programa, a finales de noviembre del 2011: se acercó a ella con mucha devoción, y con una servilleta le iba secando el sudor de su rostro, y ella, encantada, le premió con un beso, un piquito, en los morros. Lo único que lamento de esta nueva aparición dePaulina es que saliese tapada, cubierta, con una chaqueta que enmascaraba su sensacional, minimalista, tremendamente sugestivo modelito deJean-Paul Gaultier. ¡Ah! Qué filigrana indumentaria más tremenda. ¡Y qué decisión más miope taparla con una chaqueta! Al margen de esta espuma burbujeante sobre la ingrávidaPaulina, cabe resaltar que, de nuevo, al principio del programa,Motosha vuelto a reservarse los primeros 10 minutos para incrustar la sátira sobre la actualidad política más ardiente. A partir de las imágenes deAngela MerkelyMariano Rajoynavegando a bordo de una golondrina por los canales de Chicago,Motosexclamó:«¡Esta historia me recuerda algo! Un barco. Ella es rica. Él es pobre. Ella es gordita. Él es soso...»Y ¡patapam!, aparecieron los dobles deMerkelyRajoyen planKate WinsletyLeonardo DiCaprio, o sea, parodiando la películaTitanic, y acabaron los dos en mitad del océano, ella flotando sobre una madera y él hundiéndose. ¡Ahh! Desesperado, le implora entoncesRajoy, con el agua hasta el cuello:«Yo creo que aquí cabemos los dos». Ydie frau Merkel responde:«No tonto. Tú a lo tuyo: austeridad y recortes», mientras le va hundiendo la cabeza en aquellas gélidas aguas tapizadas de icebergs. O sea, que aquí de lo que se trata es de flotar a toda costa, es decir, mantenerse sobre la tabla a base de hundir al otro.

EUROVISIÓN .-En la primera semifinal de candidatos a Eurovisión (La 2), desde el Crystal Hall de Bakú (Azerbaiyán), hemos escuchado que el comentarista español,José María Íñigo, decía ante la actuación de la cantante griega:«Como verán, la crisis griega ha hecho mella también en la longitud de su vestido. Un poco más ¡y aparece sin nada!». Feo comentario, francamente.