INGRESOS PARALELOS DE LAS TELES

Una exposición fantasmal

Iker Jiménez convierte el palacio de la famosa Raimunda en un museo de su 'Cuarto milenio'

Iker Jiménez.

Iker Jiménez.

JUAN CARLOS ROSADO / MADRID

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El edificio por el que vaga, desde hace un siglo, el fantasma de una desgraciada mujer llamada Raimunda alberga estos días una curiosa exposición donde se dan cita todos los iconos de la famosa nave del misterio conducida por Iker Jiménez. Cuarto milenio ha abandonado su piel televisiva y se ha transformado en un inquietante museo de lo paranormal destinado a poner los pelos de punta a quien lo visite. Y lo ha hecho en el sitio más tétrico donde podía experimentar esa metamorfosis: el desasosegante Palacio de Linares, en plena plaza de la madrileñísima Cibeles.

Allí han asentado sus reales las más de 500 piezas catalogadas con su historia, documentación y significado para el programa que dirige Jiménez en Cuatro. Recreaciones sobre enigmas cósmicos y arqueológicos, objetos imposibles, personajes del terror de todas las culturas y los más increíbles animales mitológicos contribuyen a hacer de Cuarto milenio: la exposición un lugar de peregrinación para los fieles seguidores del periodista vitoriano. Y más si alguno de ellos logra toparse con el atribulado espectro de la traviesa Raimunda.

El propio presentador estuvo a punto de hacerlo, aunque al final la maldita realidad se impuso. «Eran las tres de la madrugada y yo estaba preparando la exposición a oscuras cuando de repente me cegó una luz y di un brinco del susto: era un guarda de seguridad que me estaba apuntando con su linterna», comenta entre apurado y divertido el periodista. Mediaset calcula que la cifra de visitantes en esos 14 días superará los 27.000, incluyendo los 1.000 afortunados que vivirán las tres noches temáticas organizadas por Jiménez. «Esto es un fenómeno de transcomunicación audiovisual, ya que es la primera vez que un espacio televisivo se convierte en museo: estar en el Palacio de Linares es como estar en el cielo», proclama  eufórico Iker. Su obsesión con Raimunda, aunque algo impostada, quedó patente el pasado lunes durante la presentación a la prensa. En un momento dado, sonó un estruendo de algo que debió de caerse. «¡Esa es Raimundita!», se apresuró a gritar entre las risas de los asistentes.

La muestra nace con vocación trashumante, pero por ahora solo está previsto su salto a Gijón, en junio. «Barcelona debería estar en esa lista, pero al tener una oferta cultural tan amplia resulta difícil encontrarle hueco », explica la directora de producto editorial de Mediaset, Ana Bustamante. Y es que Raimundita solo hay una, y habita en la mismísima plaza donde el Madrid celebra sus victorias.