tú y yo somos tres

Días 'chonis', días 'vips'

FERRAN MONEGAL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ha registrado una buena audiencia la esforzadaAdela Úcarcon su último ejercicio,21 días de fiesta (Cuatro). A mí me ha parecido un ejercicio interesantísimo. Interesantísimo básicamente por el desértico retrato que ha obtenido. Un desierto, una vacuidad de colosales dimensiones, repleto de criaturas que se mueven continuamente, pero que en realidad agonizan. Eso de «¡21 días de fieeesta!» ha resultado un meditable retrato sociológico. En realidad, ha realizadoAdelados viajes en lugar de uno. Dos viajes a dos mundos: el mundo de la juergachoniy el mundo de la fiestavip. O sea, como en laEscena XIIdeDon Juan Tenorio:«Desde la princesa altiva a la que pesca en ruin barca». De las glamurosas fiestasvipde Eivissa, desde la discoteca Space al Pachá o al Ushuaia Beach Club, destaquemos a un superviviente nato de esta fauna que se llamaJavi, un auténticoentertainero cicerone de criaturas millonarias que alquilan sus servicios para que les organice la movida y les fluidifique los días de parranda. Zonas reservadas en locales exclusivos, a 8.000 euros la mesa por noche de farra, yJavi, que está en todo, hasta les prepara unas deliciosas galletas de marihuana para que se vayan colocando desde el té de las 5 de la tarde.Adelaha quedado encantada con este bestiario tanfashion. Decía, recorriendo conJaviesas jaulas tan caras:«¡Ayyy! Estoy en lo más selecto de lo más selecto. ¡Me siento muy privilegiada! ¡Es super cool. Pero en casa el paisaje que más nos ha interesado es cuando ha viajado por la zona del Levante peninsular, y se ha ido de juerga conRuthy sus amigas peluqueras. A saber: provisión de cazalla, güisqui, vodka, garrafa,porretes variados, la radio del coche por fuera del coche, para que se entere el personal, vestidas todas de cebra y leoparda, y en el aire aquella canción deAlaska y los Pegamoides, o sea,«con pelucas y carburante las chochoni tiran p'adelante». ¡Ah!Ruthy sus amigas le decían a unaAdelamuy desorientada:«Somos estilo bakala y un poquito chonis. Somos garrulas. Ponte esto, así, de putón putón»,yAdela, al despuntar el alba, desfondada, exclamaba:«No puedo más. Llevo 12 horas en esta fiesta y no le he pillado la gracia. ¡Es aguantar por aguantar!».

EfectivamenteAdela, aguantar, o resistir, como dirían los clásicos. Lo mismo que en Eivissa, la misma vacuidad, pero aquí al menos, estaschonisdel Levante, son auténticas: cuando mean, no mean colonia lavanda.