El cumpleaños de La Sexta

Capitaneada por una escuadra de cuatro rutilantes estrellas, selección que recayó en las criaturas Andreu Buenafuente, Eva Hache, Patricia Conde y Gran Wyoming, La Sexta ha celebrado la gala de sus cinco años de existencia. Hombre, si hubiesen añadido a Jordi Évole y a Mamen Mendizábal esta escuadra de vips habrían sido seis, cifra mucho más acorde con el nombre y logotipo de la cadena. Detrás de ellos, sentados en grada preferente, el grueso de un pelotón de pajaritos no menos famosos corporizaron el fabuloso star system, la base artística de esta cadena. La gala ha sido entretenida. Todos fueron saliendo al escenario del Teatro Calderón, y ejecutaron su monólogo. Es indiscutible que el listón del ingenio es alto en La Sexta. O sea, que también cuentan con un pelotón de guionistas excelentes. Me gustó particularmente la intervención de Buenafuente, cuando advirtió de que no solo tenía programa en esta cadena, sino que también era accionista de ella. Efectivamente, es copropietario y está sumergido -junto con otros copropietarios- en esa maravilla que lleva por nombre GAMP, sociedad que diseñaron Roures, Romy y Contreras, que tiene la colosal particularidad que, aún siendo pequeña, controla todo el ingenio y nadie puede moverse sin su consentimiento.

Vive ahora La Sexta un agridulce momento. Como plataforma de programas ha demostrado haber sabido reunir gente con talento. Su cuota de pantalla, poco a poco, va creciendo. La venta de la cadena Cuatro a Tele 5 les está ayudando, por ahora. La berlusconiana remodelación de Cuatro es un pequeño desastre, es decir, un inesperado regalo para La Sexta, que facilita su despegue. Otra cosa son las cuentas y las abultadas deudas, o compromisos de pago, según el argot moderno. Uno de sus socios importantes, Televisa (40%), está preocupado y quiere vender sus acciones. Y la operación con el Grupo Planeta sigue sin prosperar, por el momento. Quizá por eso, el consejero delegado de La Sexta, Contreras, ha declarado recientemente que van a sacar su cadena a bolsa, lo cual explicaría la súbita, inesperada y curiosa repatriación de Mediaproduction Properties de Holanda a Barcelona. ¡Ah! Son verdaderos artistas de la ingeniería financiera. Pero no olvidemos la base de La Sexta: esa escuadra, ese pelotón de criaturas con talento. Son los que consiguen todos los días el share suficiente para la supervivencia de los ingenieros.