tú y yo somos tres

Cuento chino de enredos chinos

Ferran Monegal

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Colosal iniciativa: en las humildes laderas de Sant Joan Despí ha nacido una pintorescajoint ventureentre TV-3 y China. ¡Ah! Cómo progresamos, amiguitos. El ingenio -al parecer gestado en TV-3 entre los años 2004 y 2006- ha cristalizado en la telenovelaSecrets de Xangai, un típico culebrón con tramas y argumentos similares a los que nos llegan de Suramérica, pero que en este caso tiene el pintoresquismo de los protagonistas chinos, exotismo que se funde con la Barcelonafashiony con algunos intérpretesnostrats, o sea, de aquí. Primera pifia que hemos visto: el desastre del doblaje. Los diálogos de los intérpretes chinos van por un lado, y lo que llega a nuestros oídos va por otro, o sea, que los actores van moviendo los labios y no hay sincronía con la versión catalana que oímos. En los dos primeros capítulos incluso ha ocurrido, en varias ocasiones, que vemos a un actor con la boca cerrada y no obstante escuchamos que sigue hablando, como si estuviésemos delante de un ventrílocuo. La trama del culebrón discurre alrededor de un chino acomodado, casado con una catalana, que vive en Barcelona (el señorLin), y que regresa a China porque de pronto se acuerda que 28 años atrás, en Shanghái, tuvo un romance con una señorita fruto del cual nació una hija a la que quiere conocer e incluir en el testamento. CuandoLinllega a China es enredado como un chino por parte de la jovenWang, que se hace pasar por su hija para poder entrar en el reparto de la fortuna. Y en esas estábamos ayer, a la espera de que un día de estos lleguen a Barcelona y laculebrísticase tiña de catalanidad, incluido el Barça, equipo al que admiran. Hombre, cabe suponer que los guionistas no se habrán olvidado de dibujar esa actividad empresarial que con tanto ímpetu ha arraigado en nuestra ciudad: las tiendas detodo a cieny laspeluquerías con final feliz. Ánimo.

RUPERT, EN MANGAS DE CAMISA.-Gracias al canal24 Horasde TVE hemos podido seguir en directo la trifulca deRupert Murdochante el Parlamento inglés: ha acabado declarando en mangas de camisa porque un airado espontáneo le ha dejado la chaqueta llena de nata, o espuma. De todo esteaffaire que sacude al magnate me quedo, por ahora, con la irónica frase que contó ayer el corresponsalCarles CostaenEls matins:«Dicen aquí en Londres que, si siguen rodando cabezas, al final quizá solo quedará la Reina». Sí.