tú y yo somos tres

El corazón de la infanta

FERRAN MONEGAL

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No son las últimas noticias sobre la instrucción judicial del gravecaso Nóos, o el llamativo y socialmente detonante contrato que Telefónica le sigue manteniendo aIñaki Urdangarin, lo que más excita a los corrillos del cotilleo televisado. El gran entusiasmo, el gran frenesí que sacude ahora mismo las zonas de chismorreo del telehipódromo estatal es la biopsia mediática, a distancia, del corazón de la infantaCristina. Ayer, los programas de la mañana, lasmatinées de T-5 y A-3 TV, incidieron ampliamente sobre la posibilidad de queCristinaestuviera pensando en separarse. Y en elSálvamede la tarde, después de colocar un rótulo en pantalla que rezaba«¿El matrimonio de los duques de Palma hace aguas?», pasaron a desarrollar la especulación, aportandoJorge Javier Vázquez una consideración básica:«Uno de los datos fundamentales que demuestran el mal rato que está pasando la infanta es que se pasea en chándal por Washington». Efectivamente, es un apunte esencial, que fue inmediatamente enriquecido por la siguiente información deKarmele Marchante:«Ya hace tiempo que la pareja está mal. Están yendo al psicólogo los dos. La infanta está recibiendo presiones: el Rey y el Príncipe le dicen que tiene que separarse». O sea que hay alegría entre los cardiólogos de los platós: elcaso Urdangarinha derivado hacia una zona para ellos más interesante, la especulación metafísica sobre el corazón de la infanta. ¡Ahh! Es un terreno íntimo, emocional, en el que los profesionales de la víscera tienen una experiencia notable. La zona del miocardio permite conjeturas, especulaciones, que son muy entretenidas y muy impactantes y fantásticas, mucho más que el árido y técnico terreno de la causa judicial y el posible delito monetario. El corazón de una infanta, para el cotilleo nacional, esbocatto di cardinale.

CAYO LARA.-AyerAntonio García Ferrerasentrevistó aCayo Lara(Al rojo vivo, La Sexta). El líder de Izquierda Unida se indignó de que la Telefónica vaya a despedir a 6.000 seres humanos. Decía:«Esto es un insulto a la sociedad. En una empresa que declara tener 10.000 millones de beneficios, estos despidos deberían ser tipificados como delito». YFerrerasremató:«Y precisamente ahora, con lo que acabamos de saber del contrato a Urdangarin». ¡Ah! ÉsteAl rojo vivotambién podría ser considerado un programa del corazón. Pero de 6.000 humildes corazones. No de uno solo, y privilegiado.