tú y yo somos tres

Con la 'senyera' como ancla

FERRAN MONEGAL

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EnEl convidatde esta semana (TV-3) no ha habido sesiones intimistas en el domicilio de la criatura entrevistada. Ni plácidas inmersiones después de cenar, en la fértil modorra, doméstica yconversativa, antes de acostarse. EnEl convidatde esta semana,Albert Omha estado en la lujosa frialdad del Hotel Baur Du Lac de Zúrich, intentando aproximarse a un hombre muy singular que pasa 250 días al año fuera de casa, o quizá sería mejor decir que los hoteles son su hogar. Estamos hablando deJosep Carreras, nuestro tenor más universal. ¡Ah! Esta circunstancia existencial tan particular ha permitido precisamente un retrato del personaje muy afinado. La internacionalidad deCarreras, su permanente itinerancia, dibuja una personalidad muy especial: ha hecho de la soledad su estado natural, a pesar de estar siempre rodeado de fervoroso público e incondicionales fans. Le preguntóOmen un momento dado:«¿Para usted el trabajo es más importante que el amor?». YCarreras, sin dudar ni un instante, contestó:«Sin pretender herir a la gente que me quiere, la verdad es que mi trabajo nunca me ha defraudado. Siempre ha sido un refugio extraordinario. Como decía Pep Guardiola, en mi trabajo sé que soy el puto amo». ¡Ahhh! Por eso quizá cuando fueron al Opernhaus de Zúrich, en el camerino, momentos antes de salir a dar un recital, se acercóCarrerasa la percha de la que colgaba su frac y le enseñó aOmlo que lleva siempre guardado en el bolsillo superior de la chaqueta: unasenyera, las cuatro barras, el ancla identitaria de su nómada internacionalidad.

BIBIANA .-Ayer por la mañana vimos aBibiana BallbéenEls matins (TV-3). No había salido en la tele desde que estalló el sonoroaffaire de su últimoBestiari. Dijo al respecto:«Si algo ha quedado claro es que nadie es perfecto. Es tan importante hacer cosas, crear, como asumir los errores. Hemos pedido disculpas. Hemos reaccionado». Respeto el tipo de parlamento que ha elegidoBibiana, pero no lo comparto. Sigo opinando lo mismo que opiné en esta columna cuando se desató el zafarrancho: no son niJair DomínguezniBibiana Ballbélos que deben asumir el papel de culpables. Es la dirección de la cadena -cadena pública, cabe enfatizarlo- la única responsable de los contenidos que emite. A esta dirección es a la que, en todo caso, le corresponde hablar. Por ahora prefieren seguir callados.