Coixet muestra 'Spain in a day'

Es difícil definir 'Spain in a day'.'Spain in a day'. Lo es, incluso, para su directora, Isabel Coixet. Ella misma no se siente la realizadora del documental, sino la "cómplice" de toda la gente que ha enviado trocitos de su vida. No hay mejor definición de la película: vida. Producida por RTVE y Mediapro, 'Spain in a day' parte de un proyecto internacional, 'Life in a day', un experimento cinematográfico de Ridley Scott en el que 80.000 personas de todo el mundo grabaron su cotidianidad y trataron de responder a tres preguntas: ¿Qué amas? ¿Qué temes? ¿Qué hay en tu bolsillo? 'Versión española' ofrece este domingo, 15 (La 2, 23.00), la película, que se estrenó en el último festival de cine de San Sebastián. 

A raíz del documental, varios países adaptaron la idea. Entre ellos, Japón, Reino Unido e Italia. Gran Bretaña realizó un filme sobre la Navidad; Japón produjo uno relacionado con el tsunami e Italia, otro sobre la precariedad laboral. Ahora es el turno de España. Los productores pidieron a los españoles que grabaran su día a día el 24 de octubre del 2015. Llegaron más de 22.000 vídeos. De ellos, Coixet seleccionó 564 y les dio forma. Y vida. Y sentido dramático y también cinéfilo, distribuyéndolos por bloques temáticos: familia, amor, vejez y trabajo. 

AJENOS A LA CRISIS

'Spain in a day' no es el retrato de un país sumido en la crisis, ni ahogado por la política. Es una película que habla de lo cotidiano. De una pareja ciega que cuida a su bebé; de un niño que descubre el sol; de una joven que dice por primera vez a sus padres que les quiere; de una mujer que sufre cáncer... 'Spain in a day' es emoción pura. Y lo es por lo que los espectadores ven en pantalla y por las expertas manos de una directora que ha sabido hornear la película -con música nada intrusiva de Alberto Iglesias y cartel de Mariscalcartel de Mariscal- con exquisitez y mimo.

'Spain in a day', que saldrá a la venta en DVD el próximo 24 de enero, es España sin filtros. Es un retrato honesto, sencillo y tiernoretrato honesto, sencillo y tierno que cumple el principal requisito de una película: tocar la fibra del público.