tú y yo somos tres

Códigos: el penal y el deontológico

FERRAN MONEGAL

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No hubo descorche de botellas de champán, pero había satisfacción en el plató de Ana Rosa Quintana ayer por la mañana (T-5). Bajo una enorme imagen ampliada de un sello judicial que decía archivado, resumió Ana Rosa la resolución de la jueza Coro Cillán sobre ella y su equipo: «No ha existido violencia o intimidación sobre Isabel García. Caso archivado». Y una comprensible alegría interior la envolvía. Los comentarios al respecto brotaron inmediatamente después, cuando ya Ana Rosa se sentó en la mesa, junto a su equipo. Escuchamos frases vibrantes: «Ha sido una compensación /.../ Periodistas jóvenes, con ilusión, habían sido atacados de forma muy injusta /.../ Solo hemos hecho nuestro trabajo/.../ En otro medio habría sido una gran exclusiva, pero en este programa ha sido un presunto delito». Bien, llegados a este punto de satisfacción, conviene precisar lo que en realidad ha ocurrido. Ha ocurrido que una juez, Código Penal en mano, ha sentenciado que Ana Rosa Quintana y su equipo no son delincuentes. Bravo. Estamos de acuerdo. Pero eso ya lo sabíamos. Lo que conviene advertir -y ese es el discurso que no gusta, y que se intenta silenciar- es que el Código Penal es una cosa y el Código Deontológico del Periodismo es otra distinta.

Años atrás yo era el primero en defender la idea de que bastaba con el Código Penal para analizar las desviaciones, trampas y retorcimientos en el oficio de la información y de la comunicación. Hace tiempo que me apeé de ese error. La actuación de los que todavía nos llamamos periodistas ya no cabe analizarla solamente bajo el prisma de los manuales penalistas. La tele ha contribuido mucho a esta nueva situación de nuestro oficio. Juicios paralelos, intromisión en la vida de personas que están sub iúdice, entorpecimiento de la labor de los jueces, desprotección de personas con minusvalías... De ahí que en otros países se hayan constituido organismos de análisis y vigilancia audiovisual -el CAC en Catalunya- y que se esté estudiando crear, a nivel nacional, un organismo parecido.

Ayer, al concluir su programa, Ana Rosa fue rápidamente a la otra cadena también propiedad de T-5 a que le hicieran una entrevista (Las mañanas de Cuatro). Dijo: «Todo este tiempo he estado callada porque se estaban haciendo diligencias judiciales». ¡Ah! ¡Aleluya! Espero que a partir de ahora aplique sobre otros casos la ejemplar prudencia que se ha aplicado sobre sí misma.