NUEVA TEMPORADA, EN TV-3

'Cites' calienta la noche del lunes

Las claves de una serie que ofrece historias de amor y de sexo para todos los gustos

TELEVISION SERIES CITES

TELEVISION SERIES CITES / periodico

INÉS ÁLVAREZ / BARCELONA

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Del ‘thanatos’ al eros. De la muerte al erotismo. Los dos instintos básicos que, según el amigo Freud, actúan en el ser humano han resultado ser el ‘leitmotiv’ de las dos últimas series del ‘prime time’ del lunes de TV-3, ese día maldito en que, más que nunca, se suele poner al telespectador en la disyuntiva de qué programa consumir.

Si la semana pasada abandonábamos a su (mala) suerte al ‘Mataiaies’, el odiado asesino de ‘Nit i dia’, que sucumbía ante la crema de champiñones (o la croqueta, según sugiere Iosu de la Torre) envenenada por la mujer que le dio la vida, ahora les abrimos de par en par la puerta, la ventana... y nuestros corazones, al amor y al sexo. Vamos, que si los lunes nos quedábamos helados con el ‘Hannibal Lecter del Eixample’, ahora vendrán los chicos y chicas (y los maduritos, que también los habrá) de ‘Cites’ a calentarnos la velada.

La de ‘Cites’ fue una apuesta muy interesante la temporada pasada. Esos subtextos…, esos silencios…, ese ritmo pausado…, esos diálogos que a veces parecían monólogos, le conferían al producto un aire teatral tan chocante como atractivo en la tele. No cosechó audiencias estratosféricas, pero creó un estilo, una tendencia, que, como el chocolate, como todo lo delicioso, se consumía también en ‘tableta’ y era recurrente tema de conversación.

Pero una segunda cita nunca es igual que la primera. Se pierde el factor sorpresa y se aprende de los errores o se potencian las virtudes que uno pueda tener. Y el equipo de la serie coral de TV-3 (esta vez tiene 27 protagonistas y un montón de secundarios y figurantes), encabezado por Pau Freixas, que en esta ocasión no es el director único pero sí una especie de ‘jefe infiltrado’ que supervisaba que la ‘franquicia’ no se llegara a desvirtuar, ha introducido ingredientes que hacen más apetecible ese variado 'menú degustación'.

El capítulo de esta noche, con el que se ha iniciado la temporada, ha servido de apetitoso aperitivo:

1) Platillo de ternera agridulce.La historia protagonizada por Isak Férriz y Bea Segura (Martín y Blanca) contiene drama, amor no correspondido y paternidades varias compartidas o no que dejan a uno con ganas de más (y lo habrá, esto no va a quedar así). Se conocieron en la pasada temporada y, pese al inicial rechazo de ella, una pija que no se veía con un rudo tatuador, el alcohol hizo de 'Cupido' y esa noche acabó en sexo... y embarazo. Ahora, tiempo después, les une un hermoso bebé y un incipiente sentimiento amoroso que él exuda hasta por sus múltiples tatuajes, y que ella no parece ver. O no quiere ver. Por eso vive cada uno en su casa. Las tensiones sexuales no resueltas dan muchísimo juego. Por si esto no fuera poco, la llegada de una ex que se había volatizado, a la que de repente se le ha despertado un profundo amor maternal hacia la hija que tienen en común, solo hará que complicarlo todo. Al tiempo. 

2) Sorbete de chocolate con chile. Refrescante y picante. Así es el primer encuentro como ‘follamigos’ (amigos con derecho a más que roce) entre los personajes que encarnan Marcel Borràs y Alba Ribas. Una historia al más puro estilo de comedia romántica tan estimulante como divertida y sexi. Marcel y Sara tienen muy claro para qué ha quedado. Para practicar sexo. Aunque en el 'contrato' también entra la amistad. Y punto. Ella ha impuesto unas normas que descolocan al despreocupado chico, pero que parece aceptar (cualquiera le dice que no a ese bombón). No obstante no esconde que intentará saltárselas hasta que ella caiga rendida a sus pies. Es un deseo que se acabará convirtiendo en reto. ¿Por interés en la chica o por orgullo de machito? Está por ver... Como también está por ver cómo conseguirá que ella renuncie a sus sagrados principios. Aunque el chico, reconozcámoslo, resulta un jeta encantador. Peligra seriamente el dichoso 'contrato'. 

Esto no ha hecho más que empezar. Pero ¿cuáles son las claves de esta temporada que la hacen tan atractiva?

1) Esa combinación en un mismo capítulo de drama y comedia románticos que le suben a uno a la montaña rusa de las emociones. Y eso está muy bien.

2) Tramas con personas de la tercera edad, porque el amor, y el sexo, es una cuestión de actitud más que de edades (y de kilos, y de arrugas… Buf, no sigamos)

3) Más parejas homosexuales, lo que incluye una formada por un político recién salido del armario (los señores de la política últimamente no ganan para disgustos).

4) Tramas de relaciones intergeneracionales. Como el idilio entre una señora sexagenaria (aunque de muy buen ver, que no hay que dejar de ser realistas) con un atractivo yogurín, lo que hará las delicias de las Mrs. Robinson en potencia.

5) Sexo, sexo y más sexo en sus variadas opciones, que, no nos engañemos, es lo primero que aseguran estas ‘citas exprés’ acordadas por internet (el amor, si hace falta, ya llegará). Y en esta ocasión, además, se incluye un sugestivo trío. Morbo asegurado.

6) Por haber, hasta habrá una boda. Y es que, aunque dicen que el matrimonio es el fin del amor, un festorro de este tipo es algo muy propio de una comedia romántica. Además, nunca se sabe cómo puede acabar la cosa.

Vamos, que mientras que el asesino de ‘Nit i dia’ se pudre en la morgue, los cuerpos muy pero que muy vivos y los corazones locos de los personajes de ‘Cites’ nos pueden deparar interesantes veladas. Se acabó el frío. Preparen el abanico.