antes de la actuación del sábado

Barei: "El estribillo de la canción de Eurovisión, 'Say yay', lo compuse en la ducha"

La representante de TVE en el festival aparece este martes en la primera semifinal, que emite La 2

CARLES SAVALLS / BARCELONA

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Acaba de cumplir 34 años. Es una mujer extrovertida y apasionada. Lleva la música en la sangre desde pequeña. Es Barei, nombre artístico de la madrileña Bárbara Reyzábal, la representante española en Eurovisión.

Después de las semifinales del martes, 10, y jueves, 12 (ambas, en La 2, a las 21.00), la artista se examinará el sábado ante toda Europa y Australia con su canción ‘Say yay’. Será en el Globen Arena de Estocolmo, una cita, asegura la cantante, que no olvidará en la vida. Acaba de fichar por una compañía discográfica, tras años de carrera independiente, y ha reeditado con Universal su segundo disco, ‘Throw the dice’.

La avalan 15 años de trayectoria, pese a que su nombre empezó a sonar entre el gran público en febrero, al convertirse en la representante de España en el próximo Festival de Eurovisión. Su cancion 'Say yay', que compuso junto a Rubén Villanueva y Víctor Púa, llegó al número 1 en la plataforma digital iTunes y está entre las 10 principales favoritas para ganar el concurso musical.

Barei es la cantante española que más promoción internacional ha hecho de su candidatura eurovisiva. Asegura que va a Suecia con la intención de ganar. 

Este martes, Barei aparecerá en la primera semifinal de Eurovisión, aunque ya está clasificada para la semifinal del sábado, como Alemania, Francia, Italia, el Reino Unido y Suecia.

Usted participó en el Festival de Benidorm del 2001, pero parece que su suerte musical empezó en Miami poco después…Unos años más tarde; era al principio de mi carrera. ¡Fue una casualidad! Los padres de una amiga mía estaban trabajando en Miami. Mi amiga me propuso que la acompañara a verlos, porque ellos no querían que viajara sola. Así que fui con ella con la idea de pasar ahí una semana de vacaciones. Antes de irme su padre me dijo: "Por si acaso, tráete una de tus maquetas, porque en Miami hay muchísimos músicos. A ver si en esta semana se la podemos dar a alguien". Y eso hice; me llevé una demo bajo el brazo y, cuando llegué, el padre de mi amiga se la dio a un conocido suyo que tenía una sala de conciertos en Miami Beach, el Macarena. Eran cuatro o cinco piezas, pero le gustó tanto que me llamó y me dijo que al día siguiente fuera a su local a tocar. ¡A los dos días de llegar a Miami!

Cantar así, ¿con lo puesto? ¡Sí! Le dije: "¡Pero si no tengo músicos, no tengo nada! He traído la maqueta por si alguien la podía escuchar, ¡pero no pensando en tocar al día siguiente en Miami!". Y acabé cantando con un guitarrista que buscaron para mí. Fueron cuatro canciones en un concierto en el que había mogollón de artistas. El guitarrista, que también era productor, me dijo: "Me gustan mucho tu voz y tu rollo. ¿Por qué no te vienes a Miami y compones con nosotros? Y así, junto a mí, Rayito y otro amigo mío producimos tu primer disco". Volví a España y se lo expliqué a mi madre, que me ha apoyado con esto toda la vida, porque sabía que yo era superfeliz con la música. Y me dijo: "¡Vale! ¡Fenomenal! Yo te apoyo y te ayudo. Vete para allá y graba el disco". Y me instalé en Miami para grabarlo. Estuve allí un año, componiendo y grabando…

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¡Vaya situación! ¿Dejó muchas cosas aparcadas, en Madrid? Yo he hecho Arquitectura de Interiores. Cuando marché a Miami aplacé la carrera un año, pero al regresar a España, en septiembre, me examiné de varias asignaturas, porque a mí me exigían que cumpliera con mis obligaciones. Esto de la música lo he estado solapando siempre con mis estudios. Y se me apoyaba, porque mi madre, en su día, también quiso ser cantante, pero en su época esto no se veía como ahora. Hoy tampoco está muy bien visto, pero antes, ¡menos!

Así que su madre es algo así como su primera mentora… Mi madre me entendía, porque ella lo había vivido en su propia piel; me decía: «Sé lo que es querer hacer esto, que te guste, que disfrutes, que se te dé bien y que sepas que puedes hacerlo mejor si le dedicas horas… pero que no te dejen». Así que ella me apoyó siempre. A los 14 años, fue ella la que me dijo: «Bárbara, esto te gusta. Se te da bien, pero tienes que desarrollarlo, aprender canto y algo de música. No vale con que te guste; tienes que trabajártelo». En ese momento solo me apoyaba ella, sobre todo económicamente, porque si no, no hubiera podido continuar. Por eso, cuando regresé de Miami fue mi madre quien me dijo que acabara mis estudios. Así que volví, hice la carrera y seguí trabajando en la música, pero al menos ya tenía un disco con el que podía empezar a dar conciertos, ya tenía un repertorio y podía empezar a moverme para preparar el siguiente trabajo.

{"zeta-legacy-phrase":{"name":"Barei","position":"cantante","text":"\"Mi intenci\u00f3n es ganar Eurovisi\u00f3n. Si vas a un concurso pensando en que pierdes fijo, \u00a1para eso no vayas!\""}}¡Un campamento para artistas! Es donde conocimos a Víctor Púa. Yo había hecho una canción en casa, que era un 'Say yay' que no tiene nada que ver con el de ahora; lo único que tienen de igual es el 'Say yay yay yay'; ¡solo eso! Más tarde, la editorial Sony ATV nos reunió en una casa rural a 15 autores, españoles y también de fuera, para componer; escribir para Bisbal, Malú, Ana Mena… ¡Para quien fuese! Era el primer experimento que hacían en España de algo así, porque esto, fuera, se hace mucho. Y de ahí salió, con Víctor Púa, una primera idea modificada de mi Say yay inicial que yo había desarrollado en casa. Pero se aparcó. Luego, cuando mandamos mi candidatura a TVE, enviamos cuatro canciones y ninguna era el 'Say yay' que llevaré al festival ¡porque todavía no estaba hecho! Solo existía una primera idea interpretada con la guitarra. De esas cuatro canciones se eligieron dos, pero había que decidirse por una. Y en mitad del proceso, Rubén Villanueva y yo decidimos que hacíamos una nueva. Y así retomamos el Say yay del campus. Nos acordamos de la buena sensación que nos había dado. Empezamos a darle vueltas y al final no quedó casi nada de ella; solo el 'Say yay'.

Usted ha dicho alguna vez que parte de 'Say yay' la compuso un día mientras se duchaba... El estribillo, sí. El 'come on and raise your battle cry'… Es curioso, porque en la canción hay diferentes partes. Por ejemplo, la estrofa la desarrolló Rubén Villanueva de un tirón; la parte del puente, el 'I feel alive, I wanna fight'… salió del estudio, estando juntos; y la otra, ¡en la ducha! Y el 'Say yay', de un campamento previo que hicimos con Víctor Púa. Hay un mix; un poco de cada sitio…

Está usted entre las 10 favoritas para ganar Eurovisión… ¡Menuda presión tanta expectativa! ¡Espero cumplirlas! ¡Como luego quede en un puesto más abajo del 20º, me va a dar algo!

Ha habido críticas, porque será la primera vez que España cante un tema totalmente en inglés, en el Festival de Eurovisión…Es una apuesta distinta, que marca un antes y un después para quienes vayan al certamen después de mí. Yo siempre he dicho que para mí el idioma no es un problema. No creo que exista un hándicap por cantar en español o en inglés. Es una cuestión de cómputo total; es decir, una canción tiene que ser auténtica, creíble; que se note que ha nacido tal como se la escucha. Hay algunas que funcionan traduciéndolas; si se trata simplemente de pop, ¡vale!, pero si es un pop que tiene matices de música negra, soul, funky y pop americano, como es el caso del Say yay; si tienes ese toque con unas raíces muy claras, es muy difícil que la pieza suene auténtica en otro idioma que no sea en el que nació. Y a su vez, si haces una canción de flamenco, que también es un estilo muy puro, muy de raíz, y lo cantas en japonés… ¡hombre!, se puede hacer, pero probablemente no suene igual. Simplemente es eso; es una cuestión de sonoridad y de dicción. Si fuéramos con un tema flamenco y en español, ¡igual lo petamos y es brutal! Pero entonces, ¡que se escoja eso!

O sea, que si usted ganó la selección española en inglés, ¡tiene que concursar en inglés! El problema es escoger algo y querer cambiarlo; sobre todo, cuando había otras opciones para elegir. Este año había tres canciones en castellano, tres en inglés o con variaciones; pero había mucha diversidad. Yo no he puesto a nadie entre la espada y la pared para ir con mi canción. ¡A mí me han elegido democráticamente! Entonces, una vez que se ha decidido… lo único que puedes hacer es, o deconstruir y hacer que todo vaya peor, o al revés, aportar lo que tú puedas para que esa gente que a ti no te gusta mejore en todo lo posible.

{"zeta-legacy-phrase":{"name":"Barei","position":"Cantante","text":"\"Cantar en ingl\u00e9s marca un antes y un despu\u00e9s para quienes m\u00e1s adelante vayan al festival\""}}¿Teme que las críticas por lo del inglés regresen si la aventura eurovisiva no termina bien? A mí lo que más miedo me da no es quedar en un puesto u otro; es que, cuando yo vea mi actuación, no esté como yo quiero que quede y como yo considero que tiene que estar para dar la talla. Si veo que todos los cambios que hemos hecho después de trabajarlo hasta el festival no se perciben, es cuando yo me caería, porque no habré estado a la altura; no habré podido hacer lo que quería hacer. Pero si lo hago bien, si los espectadores están contentos, si se ve que es una buena actuación y quedo en el puesto que sea… eso ya no me preocupa tanto.

Más allá de hacerlo como usted quiere, ¿va con la idea de ganar? Es lo primero que pienso. Mi intención es ganar. Es mi idea, ¡clarísima! ¡Por supuestísimo! Hay que ir así; hay que estar preparado para todo. Pero si tú vas a un concurso pensando en que pierdes fijo, pues, para eso, ¡no vayas! Es mejor ir pensando en que puedes ganar; no dar por hecho que vas a conseguirlo, porque… ¡anda que no hay gente buena este año! Irlanda, Bélgica, Ucrania… ¡Y gente con nivelazo, muy potente! Creer que vas a ganar seguro es ir de sobrado, pero ir con la intención de ganar me parece lo lógico. 

¿Hay cosas en las que ha tenido que dar su brazo a torcer? De momento, en lo relacionado con la puesta en escena, el vestuario... no se me ha dicho nada. Yo he dado mis ideas y a todo me han dicho que sí. Y si de repente me cambiaran y me convirtieran en algo que no soy, ¡no voy! ¡De verdad! No podría hacer creer a nadie lo que estoy haciendo si no me lo creo ni yo. Si tú no te crees lo que estás haciendo encima del escenario, ¿cómo se lo va a creer el que está enfrente, viéndote y escuchándote? ¡No sería capaz de subirme al escenario!

Eurovisión es algo más que un concurso de canciones, ¿no cree? Eurovisión es un concurso de conjuntos. Lo tengo clarísimo; se valora el conjunto global. Conchita, cuando ganó, cantó de forma espectacular. Fue una interpretación vocal brutal, igual que la corporal; una mirada superpotente, los gestos... ¡Fue increíble! Pero la canción no era para tanto. Si Conchita no llega a tener barba, en ese caso creo que no hubiera ganado. Hubiera quedado segunda, tercera... pero no en el primer puesto. ¡Cuenta el cómputo total, siempre! El Festival de Eurovisión es un concurso de ideas, más que de canciones. 

Por eso usted introducirá una sorpresa en su actuación que no hay manera que nos desvele…. Es el plus que te da para que el que está en casa se acuerde de ese momento distinto al resto; de esa persona, de ese personaje concreto… La gente ve el festival de un tirón y al final de veintitantas actuaciones te tienes que quedar con una. Y si tú estás en casa y ves a gente muy parecida y de repente sale uno con un delfín en la cabeza, por ejemplo, ¡quizá te quedes con eso! Obviamente, la canción tiene que estar bien; igual que si el tema es muy bueno, pero la puesta en escena no lo es, ¡no te comes un colín! 

{"zeta-legacy-phrase":{"name":"Barei","position":"Cantanet","text":"\"El festival es un concurso de ideas, m\u00e1s que de canciones. Cuenta el c\u00f3mputo global\""}}¿Ha sido alguna vez seguidora del certamen? Yo seguía Eurovisión de pequeña, cuando no sales, porque eres menor. Entonces era un planazo quedarte un sábado viendo el festival.  Pero cuando te haces adolescente, empiezas a salir y eso de quedarte en casa, viendo la tele..., ¡como que no! Pero cuando te haces mayor, vuelves a querer quedarte en casita con tu pareja, con tus perritos y estar tranquila y descansar cuando vuelves del trabajo; estás más cansada de toda la semana. Entonces vuelves a retomar Eurovisión como un plan guay para una noche, si no tienes nada que hacer. De pequeña, enganchada; de adolescente, nada, y después, de mayor, otra vez.

¿Es consciente de que va a actuar delante de unos 200 millones de telespectadores? ¡Qué guay! ¡Me muero de ilusión! Para mí es una pasada. Cuando cantas y te dedicas a esto... Si eres productor, por ejemplo, te gusta más estar en la sombra, pero en el caso de ser tú el artista… ¡Lo eres, porque el foco te atrae! Cuando eres pequeño y piensas en cantar, siempre piensas en hacerlo delante de cuanta más gente, mejor. Es compartir tu música y lo que has hecho con tantísimo cariño con muchísima gente más de lo que te podrías imaginar nunca. ¡Para mí es un regalazo! Esa noche no se me va a olvidar en la vida, quede en el puesto que quede y lo haga como lo haga; es una oportunidad única. Y no me da miedo; me genera nerviosismo, ilusión, emoción… pero miedo, no. 

¿Qué es la música para usted? Es la compañera por excelencia. Yo soy la pequeña de cuatro hermanos. Mi padre falleció cuando yo tenía un año y me llevo bastante edad con mis hermanos... Por eso, para mí la música ha sido como un acompañante constante desde muy chiquitita. He bailado con la música; si he estado triste, me he puesto música; si he estado contenta, también; si me aburría, me ponía música, si quería pensar en algo, igual... Es lo que envuelve todos los momentos de mi vida; los vuelve superlativos para bien y para mal. 

Sus fans españoles andan como locos esperando verla…Lo que era importante ahora era hacer promoción por Europa. Y a partir del 14 de mayo, cuando vuelva de Estocolmo, haré una gira por aquí e iré a todos lados: a Barcelona, Valencia, Madrid...

Ahí vuelve a reafirmarse en aquello que comentaba antes: ser fiel a lo que usted quiere para sí misma… ¡Es que es muy diferente! Primero, porque no han querido cambiarme, porque les gusta lo que hago. Me dicen: «Es que la calidad de tus vídeos está muy por encima de la media; tu calidad de producción también es muy de fuera y ¡tampoco tienes mucho que haya que cambiar! Nos gusta tal y como está». Entonces el sistema está guay, porque nos da herramientas para hacerlo más grande sin necesidad de cambiar o disfrazarme. Eso me daba mucho miedo. Por eso estoy muy contenta, porque es un sumar, sí o sí.¡Y por fin, ha firmado con una discográfica! Después de 15 años de carrera, es una pasada. Además, me llamaron tanto Sony Music como Universal antes de la final española, y eso me encantó, porque no sabían si iba a ganar o no; me dijeron: "Ganes o no, nos gusta 'Say yay'; nos gusta tu disco y queremos apostar por ti". Además, es un contrato de licencia. Como llevo 15 años haciéndolo yo todo, da mucho miedo que el producto te lo manejen ellos cuando tú te conoces muy bien y sabes hacia dónde quieres ir. Por eso, lo bueno de este caso es que Universal me hace la promoción, me da un adelanto y el control del producto lo tengo yo. Yo entrego las cosas terminadas.