La Barcelona que nunca existió

Colosal producción la que han estrenado en TV-3:Barcelona, ciutat neutral, una especie de ambicioso paisaje centrado en la Barcelona de 1914, justo cuando estalló la primera guerra mundial. El hilo conductor es una historia de amor entre dos protagonistas, Karl yGloria, que es lo mejor que hemos visto en esta ópera en dos capítulos. AGloriala encarnaNausicaa Bonnin, y está francamente estupenda; y aKarl lo interpretaBernat Quintana, una verdadera alegría porque a esta criatura la venimos siguiendo desde que tenía 14 añitos, cuando debutó enEl cor de la ciutatcomo sobrinito delPeris. Ahora vemos que ha crecido, no solo como persona, sino como actor. El resto de esta fastuosa producción es más discutible. No me refiero a los intérpretes, que son buenos y creíbles, sino al cromatismo ambiental, al dibujo de la puesta en escena. Me parece que la Barcelona que aquí nos pintan no ha existido nunca. Hay un manierismo, una especie de remilgado narcisismo escenográfico en donde hasta las partes más humildes, y mas sucias, de la ciudad parecen bonitas. NiPilarín Bayés hubiera dibujado una estética más mona. Tampoco el Paral.lel que han construido es reconocible. Me sabe mal sobre todo porLita Claver, La Maña, que tiene un papelito como limpiadora del fantasmal Teatro Lisboa, y francamente merecía otro clima; y sobre todo otro nombre: la llaman Malafiga. Hombreee! Yo, de La Maña, corro a gorrazos a los guionistas. La trama política (la Mancomunitat), la sindicalista (cenetista) y las incrustaciones de espionaje con el cónsul austriaco son un poco depa sucat amb oli, la verdad; o sea, que a lo mejor los casi tres millones de euros que ha costado este delirio hubieran dado para una buena miniserie en seis capítulos centrada enKarlyGloria, que son, indiscutiblemente, el único atractivo.

CARDENALES Y CHORIZOS -.Que España es un país de chorizos parece que viene de antiguo. EnÁguila Roja(TVE-1) nos acaban de dibujar la personalidad delcardenal Mendoza, y ha quedado como un monseñor la mar de fino. A saber: quiere ser Papa a toda costa, y llega a la conclusión de que el único camino para conseguirlo es comprar los votos de otros cardenales, para que le voten enseguida. Pues manos a la obra: manda al comisarioMejías a que robe el oro de las arcas del Rey y, así, repartiendo el vil metal, ganarse la simpatía cardenalicia. Moraleja: todos los purpurados eran chorizos.