tú y yo somos

La amistad de un perro

FERRAN MONEGAL

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En época de miseria, la amistad de un perro consuela. El mexicanoCésar Millán,mundialmente conocido por su programaDog Whisperer(aquí se estrenó comoEl encantador de perros), acaba de debutar en la cadena Cuatro, en una producción totalmente española (Notro), tituladaEl líder de la manada.Césares un hombre sorprendente: parece tener un imán con los perros. No les atrae con palabras, ni con órdenes, sino con suaves gestos. El objeto de este programa no es aprender a domar canes rebeldes, sino explicarnos a los humanos la importancia de la amistad de un perro. Fomenta la acogida de perros abandonados, y enseña a encontrar lo que él llama«la pareja ideal entre un humano y un perro». En momentos de dificultades y de miseria puede parecer supérfluo, prescindible, relacionarnos con los perros. Enorme error. FueGandhi quien advirtió:«La grandeza de una nación se puede medir por la forma en que trata a sus animales».

COMIDA SOBRANTE -.Vergüenza e indignación es lo que hemos sentido en casa ante lo que nos acaban de descubrir y denunciar en30 minuts(TV-3): una empresa francesa, propietaria de una gran cadena de supermercados, obliga a a sus empleados a«desnaturalizar todos los alimentos sobrantes del día». La desnaturalización consiste en bañar la comida con lejía para que nadie pueda aprovecharla cuando la tiran. Hay que ser muy canalla para impulsar una medida así.

LA DEUDA DEL FÚTBOL -.TambiénJordi Évolenos ha puesto los pelos de punta con la deuda de los equipos de la Liga española de fútbol (Salvados, La Sexta). Esta semana ha descubierto que adeudan más de 6.000 millones de euros, de los cuales 700 millones son los que deben a Hacienda. Un economista, experto en la deuda de los clubes,Josep Maria Gay de Liébana, advertía:«Las deudas hay que pagarlas, pero esta no se va a poder pagar nunca». Hombre, eso será porque alguien lo va a permitir. Lo más sorprendente de este trabajo, no obstante, fue cuandoÉvolecharló con el presidente del Valencia CF,Manuel Llorente. Dijo, a modo de justificación y excusa:«Desde que existe el fútbol en España no hay conflictos ni guerras. La última fue en 1936». ¡Ahhh! Llegados a este punto creo que debería instituirse el Premio Caradura Ibérico y dárselo al presidente del Valencia enseguida. Se lo ha ganado a pulso.