tú y yo somos tres

Un punzón en la garganta

FERRAN MONEGAL

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En el culebrónInfidels (TV-3) va a pasar algo tremendo. Lo intuimos en casa. Se está cociendo. Acabamos de ver aLidia(Montse Guallar), en un acto de desesperación, de impotencia, agarrando un pincho, un estilete, un punzón, y colocándolo en la garganta deÒscar(Roger Casamajor). ¡Ah! Ha sido la reacción natural de una mujer perseguida, amenazada y violentada por parte de este cafre

desalmado, que era su amante pero que ahora ya se ha quitado la careta. La espía, la graba con cámaras ocultas, entra en su casa a su antojo, la insulta y le manda tétricos regalos, como un ramo de rosas negras con un tarjetón en forma de necrológica que pone «¿Vols matar la nostra relació?». O sea, que los guionistas están recalentando el ambiente para un desenlace sangriento. Esta vezLidiano se ha atrevido a clavarle el punzón en la garganta. Pero cuando un ser humano se siente amenazado de forma tan obsesiva y cruel, puede acabar reaccionando de forma asesina. Es curioso, esa misma mañana, enEls matins,Josep Cuníestuvo entrevistando aFrederick Forsyth.

Este escritor es un experto en conflictos violentos. Los ha estudiado bien. Los plasma admirablemente en sus novelas. Hablaba de la autodefensa, ese concepto tan arraigado en EEUU. Advertía:«Por la defensa de su país, los estadounidenses son capaces de hacerlo todo. Todo». Lo decía con una rara delectación. Y añadió:«Pongámonos en 1942, por ejemplo. ¿Hubiera sido moral asesinar a Hitler? Churchill dijo no. Pero yo digo sí».Cuní, un tanto alarmado, preguntó entonces:«¿Usted autorizaría también asesinar a Osama Bin Laden?». YForsythrespondió sin dudarlo ni un segundo:«¡Claro! ¡Naturalmente!». O sea, la Ley del Talión por encima del estado de derecho. ¡Ah! Temo queForsyth se encuentre con laLidiadeInfidelspor algún pasillo de TV-3. Armada con su punzón.

CASO MARILUZ.- Hay otras formas de violencia. Se ha iniciado en Huelva el juicio sobre el asesinato de la niñaMariluz, y algunos programas ya se han precipitado sobre el caso con morbosa violencia. En elespecialde T-5

de la madrugada de ayer nos bombardearon, otra vez, con las espeluznantes y disparatadas declaraciones de la esposa del encausadoSantiago del Valle, una mujer que salta a la vista que debería estar ingresada en algún centro y no continuamente entrevistada o enfocada por la tele. Pero la tele hace lo contrario: cuanta más barbaridad, más les interesa. Generan enfermiza truculencia.