y cierre

Adicto a Pedrerol

Josep Pedrerol y Paco Buyo, en 'Punto pelota' (Intereconomía).

Josep Pedrerol y Paco Buyo, en 'Punto pelota' (Intereconomía).

NACHO PARA

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Llegó el momento de confesarlo: me encantaPunto pelota, el programa deportivo que dirige y presenta Josep Pedrerol en el late night de Intereconomía. Podría odiarlo por muchas cosas -el antibarcelonismo confeso de muchos de los contertulios, la casposa sintonía, las predicciones deFredericFin de ciclo Hermelo el obsoleto señorío madridista que a menudo se defiende-, pero, no sé muy bien cómo, logra hipnotizarme cada noche. Es una gran evasión, el único momento en que no pienso en lo que se avecina. Algún instinto primario se activa cuando me pongo delante de esa tertulia futbolística tantabernícola. Un debate donde se juntan lo técnico y lo pueril, el humor y la sensiblería, lo fino y lo tosco, lo pasional y lo cabal, lo solemne y lo frívolo. Ante eso, quedo embobado, en estado zen. Apago todos los motores y alcanzo el nirvana mientras oigo de fondo, como un mantra, aTomás Ronceroa la greña con Carmen Barceló.

Punto pelota es un programa deportivo de una especie tan peculiar que se ha convertido en el único punto de encuentro entre Intereconomía y La Sexta.Wyomingparodia en El intermedio las intervenciones de Jorge de Alessandrocon vídeos trucados, y en Punto pelota les hace tanta gracia que reproducen esos vídeos a diario, en medio de una carcajada generalizada. El humor es uno de los secretos del éxito dePedreroly compañía. Y no hace falta saber de fútbol para reírse con Punto pelota. No se aprecia el ingenio literario de las batallas dialécticas entre Góngora yQuevedo,pero se adivina el rastro de una tradición muy española: la gallardía. Las intervenciones de los madridistas acérrimos, gallardos hasta cuando pierden 5-0, son realmente graciosas.

Tiene Punto pelota algo deJosé María García(la denuncia), algo de Aquí hay tomate (los cebos), algo de Sálvame (las espantadas) y algo de El día después (el tono).

También tiene algo de cómic y algo de telenovela. Hemos visto a los contertulios llorar, besarse y partirse de risa. Hemos asistido a enfados colosales que nunca llegaron a ningún puerto. Hemos aprendido a utilizar el punto de fuga para determinar un fuera de juego. También hemos aprendido a ver reflejado en una sandía lo que le habría sucedido al tobillo deMessisi le hubieran dado con tacos de goma o de aluminio. Fue un experimento en directo, así que Punto pelota también tiene algo deFlippy.