El obispo de moda

Parece que atrae mucho este nuevo obispo de Solsona, Xavier Novell, el purpurado más joven de todos los obispos de España. El día de la visita del Papa, en la gloriosa cobertura que realizó TV-3, ya vimos en efecto, en la plaza de la Catedral de Barcelona, cómo era requerido por feligreses y devotos transeúntes ocasionales para que posara un momento, y poder así disparar sobre él sus domésticas cámaras fotográficas. Podríamos decir que, después de Benedicto XVI, fue el obispo Novell el gran protagonista de aquella jornada. También le vimos una mañana en el plató de monseñor Cuní (Matins, TV-3, 4 de noviembre), en una sesión muy picante en donde el periodista se explayaba comentando lo mucho que ligaba Novell cuando era jovencito adolescente, dado que al parecer tenía un sex appeal bárbaro.

Ahora acaba de entrevistarle Xavier Bosch en Àgora (TV-3). En esta conversación, los ignorantes como yo hemos descubierto nuevos perfiles de este fotogénico purpurado. Por ejemplo, Bosch nos iluminó preguntándole sobre la contestación que su nombramiento ha causado. Le dijo: «Su nombramiento ha levantado opiniones muy duras por parte de sacerdotes de su diócesis, y también de la Segarra, que han dicho cosas como ésta: 'Si nosotros tuviésemos que escoger a alguien para el cargo de obispo, al último que escogeríamos sería a Novell'». ¡Ah! Parece pues que este nombramiento, ya ha levantado protestas y enfados. Y como Bosch conoce el arte del retrato, le fue preguntando cosas para que se fuera, efectivamente, retratando. Pongamos dos pinceladas. Una: tras declararse obispo catalán, pero no catalanista, Bosch le preguntó: «Pero existe una Iglesia catalana, ¿verdad?». Respuesta: «La Iglesia catalana es que está en Catalunya». O sea, un concepto exclusivamente geográfico. Dos: «¿Las monjas deben hacer algo más que limpiar el altar?». Respuesta: «Cuidar a enfermos, a la gente mayor, a los niños... Su horizonte no es ser sacerdotes». ¡Ah! El género de la entrevista es indiscutiblemente un arte interesante. Cabe no obstante reprocharle a Bosch un instante, cuando Novell advirtió sobre sus críticos: «Quizás me reprochan algunas decisiones mías sobre bienes inmuebles». ¡Diablos!, pensábamos en casa, ¡un obispo y bienes inmuebles! Nos quedó el alma en un puño. Y nos sigue quedando, porque Bosch pasó a otro tema, sin iluminarnos sobre este inquietante asunto inmobiliario.