tú y yo somos tres

'Cheerleaders' para Artur Mas

FERRAN MONEGAL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Acaba de regresar Polònia (TV-3) con un fantástico tono muscular. Atentos al clima de gloriosa expectativa que se está produciendo alrededor del aspirante a la Generalitat Artur Mas. Reprodujeron la hermosa sesión que protagonizó en La noria, y el sensacional Cesc Casanovas nos recreó una Pilar Rahola en plan animadora y apasionada total. O sea, recibe Pilar un golpe de sarcasmo que excede a Pilar: mirando bien el paisaje, la verdad es que ahora le brotan a Mas una cantidad de cheerleaders colosal. ¡Ah! Hay en nuestro oficio verdaderos expertos en energía eólica, gente lista y preparada capaz de detectar, de intuir, la posibilidad de que el viento pueda cambiar. Y la grandeza y el mordiente de Polònia es precisamente -partiendo de la anécdota de un plató, en un momento dado- saber elevarlo a categoría sarcástica, a caricatura de lo que pasa. Otro momento televisivo que también recrearon fue una sesión de El gato al agua, el apocalíptico programa-aquelarre de Intereconomía TV. Nos desternillábamos en casa. Estas dentelladas de la troupe de Toni Soler sobre la propia tele, tan agudas, tan lúcidamente esperpénticas, es lo que no les dejaron hacer en A-3 TV cuando salieron a iluminar a las Españas con La escobilla nacional. Qué paradoja más fantástica: para que no incidieran en política, solo les dejaban parodiar los programas de cotilleo, de salsa rosa, de martingalas viscerales, y ahora resulta, al cabo de unos meses nada más, que hay cola de políticos para entrar en esos programas. ¡Ahhh!

EL PERRITO QUE LLORABA -. Acaba de presentarnos Borja Capponi, ese pintoresco psicólogo de perros (Malas pulgas, Cuatro), el caso de la perrita Hessa, una criatura pequeñita, delicada, traviesa, muy simpática, pero que en cuanto sus dueños se ponen a escuchar una canción triste, ella rompe a llorar. Había que escuchar a Hessa lanzando profundos lamentos cada vez que ponían el tema No puedo vivir sin ti, en particular la versión de Coque Malla, que es muy profunda y desgarrada. Flipaba Capponi ante aquel caso, y se esforzaba en corregir al animal para que no llorase más. Hombre, pues muy mal, Capponi, muy mal. ¿Por qué reprimirle a Hessa su extraordinaria sensibilidad? ¿Acaso no puede llorar un perro ante un tema musical? En casa lloramos todos cuando ponemos a Chavela Vargas. Y a veces, según qué echan por la tele, lloramos todavía más.