tú y yo somos tres

Ausencia de pollastre

Ferran Monegal

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No abriguéis grandes esperanzas, más bien abandonadlas, solía aconsejar Dante. Y eso es lo que hicimos en casa ante esa versión hispánica de las Golden girls que tanto éxito tuvieron en Estados Unidos -y en el mundo entero- en la década de los 80, y que ahora acaba de estrenar TVE-1 bajo el título de Las chicas de oro. Nuestra prevención nace, brota, nos asalta, ante el sello productor de esta sitcom, o sea, una adaptación de la churrería José Luis Moreno, fabricante especializado en churros con caspa. Nuestro repelús estaba justificado. Guión flojo, encadenado de gags de muy baja calidad, blancos si quieren, pero sin talento de ninguna clase, chistes predecibles e ingenio escaso. A veces daba la impresión que la churrería de Moreno había ido al almacén donde guarda aquellos otros churros que se llamaban Matrimoniadas, y agarrando los guiones de Pepa y Avelino los había adaptado extirpando a Avelino del paisaje; o sea, dejando el cuadro sin pollastre y potenciando a Pepa multiplicándola por cuatro. Los estadounidenses, hace 30 años, intentaron montar un combo, una orquestina, de señoras sin mayores pretensiones que el entretenimiento. Lo lograron. Su música fluía, picante y retrancona, con alegría y sin chirriar. Había talento detrás. Aquí el único talento -es la única razón por la que este estreno se ha salvado- es esa conjunción de actrices fantásticas (Lola Herrera, Concha Velasco, Carmen Maura y Alicia Hermida), que consiguen, con su colosal oficio y sabiduría escénica, que el oro de las Golden no acabe en hojalata. Estas cuatro grandes damas de la escena podrían salir tranquilamente sin guiones ni nada, y llenarían los 30 minutos ellas solitas sin necesidad de nada más.

BUENAFUENTE, ENFADADO -. Gran cabreo el de Andreu Buenafuente (La Sexta) al advertir que el piloto Fernando Alonso había ido a El hormiguero. Se lamentaba Andreu, muy enfadado: «¡La Sexta ha pagado una fortuna por los derechos de emisión de la Fórmula 1!» Efectivamente, sí señor, es tremendo: el desconsiderado Alonso, en lugar de dar entrevistas a La Sexta, va y se marcha a que lo entreviste Pablo Motos en Cuatro. El malhumor de BF está justificado. En casa le apoyamos. En particular mi hermano gemelo, esa patata frita que hace el Telemonegal en BTV: lleva ocho años invitando a Buenafuente para entrevistarle, y nada, no hay manera. Ni pagándole el taxi.