tú y yo somos tres

«Amor»... «Estimada»... ¡Ahhh!

Ferran Monegal

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Estos comienzos de temporada, cuando las grandes estrellas vuelven de las playas y abren de nuevo sus programas, son muy disfrutables. Siempre suelen comenzar con golpes sensacionales, para que se note que han regresado. Ayer, por ejemplo, hablábamos del inicio de Buenafuente con su jefe Jaume Roures de invitado. Pues bien, hablemos hoy de Josep Cuní, que ha tenido a su jefa Mònica Terribas de invitada (Matins, TV-3). ¡Ah, qué encuentro! ¡Qué sesión! Tomen nota de sus primeras palabras, el primer arpegio, nada más sentarse cara a cara:

-«Buenos días directora, ¿estás bien?», le dijo Cuní.

-«Estoy contigo. Es decir, que puede que ahora esté bien, pero que de aquí a un minuto no lo esté tanto», respondió Mònica con retranca.

¡Ah! Qué arranque. ¡Qué forma de engancharnos desde el primer instante! ¡Qué estupenda pareja de comediantes conformaban! La conversación fue, toda ella, para ir mojando pan y no parar. Los amantes de la ingeniería político-mediática habrán disfrutado cuando ambos se detuvieron, un instante, a valorar ese anuncio que acaba de hacer Tele 5 advirtiendo que el sábado va a ir a La noria Artur Mas, como ya nos adelantó Toni Sust, ayer, en este diario. La valoración de la directora de TV-3 sobre la intención de Mas de subirse al tiovivo de Jordi González no fue ácida, pero advirtió marcando distancias: «En ese programa a veces se rozan límites que no deberían rozarse. Hace poco tuvieron a Montilla al teléfono y lo dejaron colgado porque tenian que ir a publicidad. Es un tipo de funcionamiento que lo engulle todo, hasta el respeto institucional». O sea, evitó pronunciarse sobre la decisión del líder de CiU, derivando sus reservas hacia el modo de funcionar de ese programa. ¡Ah! La habilidad de la señora Terribas es grande. No obstante, lo que más nos ha gustado en casa de este encuentro ha sido la química que fluía entre ambos. Hubo un momento impagable que merece resaltarse. Fue cuando Cuní preguntó a Mònica: «Oye, ¿notas un exceso de sobrecontrol desde que eres directora?» Entonces ella, mirándole a los ojos, contestó con dulce suavidad: «¿Tú te sientes sobrecontrolado, amor?» Y Cuní, rojo como un tomate, respondió: «No. ¡Estimada!» ¡Ahhhhhh! Amor, estimada... Colosal. Solo faltó que ambos acabasen machihembrados encima de la mesa dels Matins. Hubiera sido un final de entrevista tan subyugante como ejemplar.