tú y yo somos tres

Náufragos burlescos

Ferran Monegal

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El sarcasmo aplicado sobre losreality shows, tipoSupervivientes, es el objeto de este programa que ha estrenado Cuatro bajo el tituloLa isla de los nominados. Recrean una especie de isla de broma, un trampantojo con palmeras de plástico y arena del Manzanares, y van construyendo gags, pequeños sketches, chistes puestos de pie, en un clima despendolado y de mucho canchondeo. Navegan entre el surrealismo deMuchachada nuiy la técnica directa y ahorrativa delCámera café. El cuadro de intérpretes (encabezado porArturo Valls) funciona bien. Tienen oficio y gancho. Saben morder con desparpajo. Nos divierten. Los guiones son más irregulares. A veces buscan la risa y no la encuentran. Otras veces consiguen golpes de mayor calado y virulencia, como ese que acabamos de ver, cuando todos los náufragos esperan ilusionados la llegada de algún famoso que les haga subir los índices de audiencia. O sea, como hizo Tele 5 hace poco, cuando mandó aParadaa su isla de los mosquitos (Nicaragua) para que armase la marimorena. Estos de broma se excitan cuando divisan una lancha que avanza desde el horizonte. Gritan, esperanzados:«¡Bienaventurados sean los vistantes! ¡Alabados seamos con su presencia!». Y resulta que lo que llega es una patera con dos africanos dentro, carbonizados completamente. Es un gag sangrante. Pero la intención no es perversa. Es de una lucidez tan desgarrada como cierta: mientras llegan pobres africanos en pateras a las costas españolas, la tele manda –a golpe de talonario– criaturas esperpénticas a las costas caribeñas para que monten unshowpedestre y garbancero.

DEMBELE .–Otro tipo de africano es el que hemos visto enDestino España(TVE-1). Se llamaDembele. Extraordinario elemento. Es negro. Llegó de Malí hace 14 años. Y con esfuerzo, tesón y una simpatía arrolladora se ha instituido en un ser muy querido en toda laplana de Lleida. Controla los horarios del agua de la zona. Los payeses le respetan y le aprecian. Le vimos circular por los campos deles terres de ponent, y era una alegría verle trabajar, saludar a todos, recibir afecto, y transmitirlo a su vez. Gran tipo esteDembele. Decía:«Soy el catalán negro». Y se arrancó inmediatamente a hablar en catalán, un catalán casi perfecto, advirtiendo:«Para mí la lengua es el pasaporte». ¡Ah! Ha entendido esta criatura de Malí, perfectamente, lo que otros que viven mucho más cerca no entienden.