DESCUBRIMIENTO ESPACIAL

Una galaxia gigante engulle a otra mediana durante 1.000 millones de años

Por primera vez, un equipo de astrónomos ha sido capaz de realizar un seguimiento de los movimientos de 300 nebulosas planetarias

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Nuevas observaciones realizadas con el Very Large Telescope de ESO han revelado que la galaxia elíptica gigante Messier 87 ha absorbido la totalidad de una galaxia de tamaño medio en los últimos mil millones de años.

Por primera vez, un equipo de astrónomos ha sido capaz de realizar un seguimiento de los movimientos de 300 nebulosas planetarias de gran brillo, lo que ha permitido encontrar evidencias claras de este evento, además de evidencia del exceso de luz proveniente de los restos de la totalmente malograda víctima.

Los astrónomos piensan que las galaxias crecen al absorber otras de menor tamaño. Sin embargo, la evidencia no suele ser fácil de ver. Ahora, un equipo de astrónomos liderados por Alessia Longobardi, del Max Planck, ha empleado una ingeniosa táctica observacional para demostrar claramente que Messier 87 se fusionó con una galaxia más pequeña en los últimos mil millones de años.

"Este resultado demuestra de manera directa que las grandes y luminosas estructuras del Universo siguen creciendo de forma sustancial", ha indicado Longobardi. A su juicio, un gran sector del halo exterior de Messier 87 es ahora dos veces más brillante de lo que sería si la colisión no hubiese ocurrido.

LA INVESTIGACIÓN

Messier 87 se encuentra en el centro del cúmulo de galaxias de Virgo. Es una enorme acumulación de estrellas con una masa total de más de un millón de millones de veces la del Sol, situada a unos 50 millones de años luz de distancia.

En lugar de tratar de observar todas las estrellas de Messier 87 (literalmente hay miles de millones y son demasiado débiles y numerosas para estudiarlas de manera individual), el equipo analizó las nebulosas planetarias, capas brillantes que rodean a las estrellas en su última etapa de vida.

Debido a que estos objetos brillan muy intensamente en un tono específico de verde aguamarina, pueden distinguirse de las estrellas circundantes. La observación cuidadosa de la luz que emiten las nebulosas empleando un poderoso espectrógrafo también puede desvelar sus movimientos.

"Estamos siendo testigos de un reciente y único evento de acreción en donde una galaxia de tamaño medio colapsó en el centro de Messier 87, y como consecuencia de las enormes mareas gravitacionales, sus estrellas se encuentran ahora esparcidas a lo largo de una región que es 100 veces más grande que la galaxia origina", ha agregado uno de los miembros del equipo, Ortwin Gerhard.

ANALIZAR LA DISTRIBUCIÓN DE LA LUZ

El equipo también analizó muy cuidadosamente la distribución de la luz en las zonas exteriores de Messier 87 y encontró evidencia de la presencia de luz adicional procedente de las estrellas en la galaxia que fue atraída y alterada.

Estas observaciones también han demostrado que la galaxia absorbida ha añadido estrellas más jóvenes y más azules a Messier 87, por lo que se cree que, antes de su fusión, era probablemente una galaxia espiral con actividad de formación estelar.

"Es muy emocionante poder identificar estrellas que han estado esparcidas a lo largo de cientos de miles de años luz en el halo de la galaxia. Las verdosas nebulosas planetarias son la aguja en el pajar de las estrellas doradas. Pero estas raras 'agujas' guardan los indicios de lo que ocurrió con las estrellas", ha concluido la coautora Magda Arnaboldi.