PROYECTO BARCELONÉS

Una aplicación ayuda al usuario a desengancharse del 'smartphone'

'FaceUp' mide el grado de adicción al teléfono móvil e intenta reducir los malos hábitos derivados de su dependencia

Móviles y hábitos de vida

Móviles y hábitos de vida / periodico

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Un grupo de emprendedores barceloneses ha creado 'FaceUp', la primera aplicación que ayuda al usuario a desengancharse de su 'smartphone', concienciándolo de su nivel real de adicción. La 'app' de pago, presentada este jueves y disponible para Android e iOS, ha nacido con la intención de "ayudar a combatir el preocupante aumento de los malos hábitos derivados de la incorporación de los teléfonos inteligentes a nuestras vidas", según puntualizan sus creadores, el psicólogo Marc Masip y el programador Nacho Giner.

'FaceUp' dispone de un test para saber el nivel de dependencia y, en caso necesario, sugiere participar en un programa para superar la adicción mediante retos. También permite seguir la evolución como usuario y analizar el uso que se le da al móvil, de forma que se puede comprobar cuál es el nivel de conciliación respecto a la familia, trabajo y amigos, entre muchas otras de sus múltiples funcionalidades.

Dependencia móvil al alza

Jugar, comprar, hacer fotografías, informarse o relacionarse son algunas de las posibilidades que ofrecen los modernos teléfonos inteligentes. Cada vez es más habitual ver a personas con la cabeza gacha mirando su dispositivo móvil. Pese a que los 'smartphones' son muy útiles en casos de emergencia y permiten un acceso directo a servicios a través de internet desde cualquier lugar, esta tecnología ha empezado a plantear algunos aspectos negativos, causados por un uso excesivo. 

Los expertos aseguran que un 71% de los usuarios de teléfonos inteligentes de edades comprendidas entre los 18 y 45 años sufre algún tipo de dependencia al móvil, una cifra que en el caso de los menores se dispara hasta el 85%. Los usuarios ya han bautizado como 'phubbing' el acto de prestar más atención a los dispositivos móviles que a las personas. Incluso se ha creado el término nomofobia, para definir el pánico a no llevar el teléfono encima.

Los detractores de estos sistemas achacan a esta nueva droga tecnológica consecuencias como el fracaso escolar en adolescentes, el bajo rendimiento laboral en adultos o las rupturas sentimentales.