Las defensas del juicio por el asesinato de Carrasco acusan de falso testimonio a un policía
La cuestión puede afectar a los cargos que pesan sobre la hija de la asesina confesa
Las defensas de las tres mujeres acusadas del asesinato de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, han acusado al policía jubilado Pedro Mielgo, que ha testificado este jueves, de prestar falso testimonio ante el tribunal.
El jurado ha podido escuchar una llamada al 112 en la que un hombre relata a la policía, muy nervioso y con voz entrecortada, cómo se había producido el crimen y describe a la mujer que había efectuado los disparos, informa Efe. Mielgo ha afirmado que no se reconoce como el autor de esa llamada, aunque posteriormente su mujer ha indicado que sí era él -tras escuchar la conversación dos veces y decir inicialmente que no era su marido- por una palabra que su marido utiliza habitualmente: "momentico".
LA GRABACIÓN
Los abogados de las tres acusadas han denunciado que el policía ha prestado falso testimonio, lo que el fiscal ha negado y ha indicado que es normal que alguien no se reconozca en la grabación.
Mielgo había desmontado en su declaración la versión de los hechos que ofreció Montserrat González, autora confesa del asesinato, quien aseguró ante el tribunal que arrojó al bolso con el arma a la entrada de un garaje nada más abandonar la pasarela donde disparó contra Isabel Carrasco.
El policía sostiene que mientras la siguió llevaba el bolso y que cuando la perdió en la plaza de Colón todavía estaba en su poder, aunque cuando la volvió a ver unos segundos después ya se había deshecho de él.
EL BOLSO
La importancia de la declaración radica en que la defensa de Montserrat González y de su hija Triana Martínez pretende demostrar que la segunda recogió el bolso que había tirado su madre sin saber que esta había matado a Isabel Carrasco. La fiscalía, en cambio, sostiene que la madre entregó el bolso a su hija para que escondiera el arma porque habían urdido un plan para matar a la dirigente política.
Triana Martínez ha declarado que cuando su madre le llamó por teléfono el día del crimen y le dijo que "todo se iba a acabar" le contestó que no hiciese nada y que esperara su llegada.
Según su declaración, al dirigirse al lugar vio cómo su madre salía de la pasarela y tiraba un bolso a la entrada de un garaje, que ella recogió porque pensaba que podía contener una pistola reglamentaria de su padre, que es inspector de policía, aunque en ningún momento hablaron, y luego la perdió de vista.
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