El juez Taín eleva a asesinato la imputación a los padres de Asunta

MAYKA NAVARRO / Madrid

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El juez José Antonio Vázquez Taín, que instruye la investigación sobre el crimen de la niña Asunta Basterra Porto, ha elevado la calificación inicial de homicidio a asesinato, una posibilidad que ya dejó abierta en el primer auto de imputación, y que tomaría en función del resultado de los análisis toxicológicos.

José Luis Gutiérrez Aranguren, el abogado de Rosario Porto, la madre de la niña, ha hecho este anuncio este mediodía a su salida del juzgado de instrucción número dos de Santiago, donde ha acudido para acompañar a su cliente en la notificación de la nueva imputación. El juez Taín mantiene el secreto de las actuaciones.

El cadáver de la menor fue encontrado en una pista forestal de Teo (A Coruña) el pasado 22 de septiembre. Tras el hallazgo, la Guardia Civil detuvo a los padres de la menor, Rosario y Alfonso Basterra, separados, acusados de asesinar a su hija por unas razones que, a día de hoy, todavía no se conocen. Los progenitores están en prisión provisional en la cárcel de Teixeiro.

Durante la mañana de hoy, padre y madre han sido excarcelados y trasladados al juzgado de Santiago, donde se les ha comunicado que serán juzgados por un tribunal popular, una decisión que recurrirá el abogado de la madre porque, según ha asegurado, "su imparcialidad en este caso tan mediático está en entredicho". A media mañana, ambos han sido conducidos a la casa familiar de Teo, propiedad de la madre de la víctima, y en la que según los investigadores fue asesinada la pequeña Asunta.

A lo largo de esta semana el juez Taín ha ido recibiendo la totalidad de los resultados de las diferentes pruebas que ha estado realizando la Guardia Civil en su laboratorio de criminalística en Madrid. Dispone de resultados de ADN y huellas dactilares de todos los objetos que fueron recogidos en los diferentes escenarios de este crimen: la casa de Teo, el piso de Santiago de Compostela en el que Asunta vivía con su madre, el piso de Santiago en el que vivía el padre y en el que los tres comieron por última vez el día del asesinato de la pequeña, y la pista forestal en el que dos hombres descubrieron el cadáver, de madrugada, y a escasos metros de dos concurridos clubs de alterne de la zona.