AVANCE CIENTÍFICO EN EEUU

Sonrisas e impostores

Investigadores de Massachusetts desarrollan un programa para precisar la autenticidad de una reacción de felicidad

EL PERIÓDICO / Barcelona

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¿Cómo distinguir unasonrisa auténtica de unafingida? Habrá quien apelará a la intuición, la habilidad fisonomista, el sexto sentido... Pero todos estos métodos pierden cualquier tipo de sentido una vez se ha encontrado uno que arroja resultados con precisión científica.

Investigadoresdel Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) han desarrollado un programa informático que permite distinguir entre las sonrisas de felicidad y las falsas que tratan de ocultar su frustración, según informa la web deWired. El sistema tendrá numerosas aplicaciones y se convertirá en una valiosa herramienta para interpretar lasexpresiones, especialmente para profesionales que tienen que trabajar con personas con autismo, por ejemplo.

Un equipo del MIT pidió a un grupo de voluntarios se les pidió que realizaran expresiones de alegría y de frustración, mientras unas cámaras grababan susexpresiones faciales. Acto seguido, se les pidió llenar un formulario que les causaba verdadera frustración --borraba todo el contenido al pulsar el botónenviar datos--. Poco después, se les invitó a ver un video de un bebé, todo ello con la webcam como testigo.

La expresividad de Brown

Según arroja el estudio, cuando los voluntarios tenían que fingir frustración, el 90% de ellos no sonreía. Pero cuando debían completar una tarea (en referencia al formulario) que les causaba verdadera frustración el 90% de ellos sonrieron. A pesar de que las imágenes fijas mostraron pocas diferencias entre las sonrisas de felicidad y las frustradas, un análisis exahustivo demostró grandes diferencias en la evolución de los dos tipos de sonrisas. Los investigadores concluyeron que las sonrisas felices se forman gradualmente, mientras que las falsas aparecen velozmente y se borran del rostro con la misma rapidez.

El estudio establece una estrecha relación entre el tiempo que transcurre al sonreir y la manera en que los demás la interpretan. En base a esta premisa, destaca el caso del exprimer ministro británico Gordon Brown, de quien se considera que acostumbra a comparecer en público con una sonrisa falsa.