Las cabañas de Argelaguer, una obra única en el mundo que desaparece

JOHANA FORERO / Barcelona

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Unas pocas estructuras de madera insinúan lo que alguna vez fue una serie de torres, barracas y pasadizos. Ahora queda poco del tercer y último poblado de madera que Josep Pujiula, tornero jubilado, construyó solo y con la única ayuda de su inspiración.

En un terreno de Argelaguer (Garrotxa), un pueblo al norte de Catalunya, se encontraba esta construcción de madera con ocho torres, casetas y un laberinto, además de un sistema de estanques y esculturas que le daba una vida singular al paisaje, conocido todo como el paque de Can Sis Rals o las cabañas de Argelaguer.

Todo comenzó cuando 'El Garrell', como le llaman sus conocidos, construyó una barraca a un lado del rio Fluvià, para guardar una barca y terminó haciendo un poblado entero con más barracas, una casa de tres plantas, conectadas por puentes y donde ya se dejaba ver alguna torre.

El artista espontáneo, sin embargo, se encontró con que el arte no es para todos y tuvo que destruirlo por las entradas constantes de personas que desmontaban la construcción para hacer fuego y pasar el fin de semana. Cuando los encaró y recibió un golpe por respuesta, decidió hacerlo desaparecer. "Ahora ni ustedes ni yo, lo quemaré todo" les dijo.

Era el principio de 45 años de trabajo en el que tres veces montó y desmontó un escenario de edificaciones naturales, sin más interés que el de seguir su instinto. "Muy bien no sé porque lo hago. Es una fuerza que llevo dentro", asegura.

Un segundo intento

Después de su primera experiencia, Pujiula empezó un nuevo proyecto más ambicioso. Durante años se dedicó a la construcción de un parque con torres de 30 metros y casi un kilómetro de galerías, hecho todo con ramas de acacia. Para protegerlo de visitantes indeseados decidió añadir esta vez un laberinto que no permitía la entrada sino para los que lo descifraran.

El parque tuvo gran reconocimiento y era destino de personas venidas de fuera que querían ver en directo lo que un solo hombre podría llegar a hacer.

Pero esta vez no fueron intrusos los que precipitaron la destrucción del parque, sino la autovía de Girona a Olot que la atravesó.

El artista incansable inició un nuevo proyecto, al lado de la autovía que le había robado el anterior, y es del que ahora solo quedan unas pocas muestras. Esta vez son su edad, la afluencia de gente y las presiones del ayuntamiento por la falta de permisos de construcción, los motivos que han provocado su desaparición.

"Al principio pasaron cuatro o cinco años en los que nadie sabía que estaba aquí y ahora lo debo desmontar por temas de seguridad", afirma Pujiula.

Un homenaje a su trayectoria

'El Garrell' creó un pequeño automuseo con fotos y material de su trabajo. "Aquí estan enterradas mis fantasías y mis ilusiones", dice la inscripción del lugar.

Pujiula también será protagonista de un documental en el que se repasará su obra pero en especial la historia del hombre que la originó.

"El trabajo es un homenaje a su trayectoria de hombre normal y corriente que sin quererlo es uno de los grandes artistas espontáneos del siglo XX", asegura la productora Solanum Films que está llevando a cabo el proyecto.