Violadas en la guerra de Kosovo serán compensadas pero la impunidad persiste

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Amnistía Internacional (AI) considera un avance que miles de mujeres violadas en Kosovo durante el conflicto armado de 1998-99 reciban reconocimiento y una compensación, pero critica la casi total impunidad de los autores de esos crímenes.

A partir de enero de 2018, las víctimas de violación tendrán derecho a un pago mensual de 230 euros (270 dólares) en compensación por el impacto físico, psicológico, económico y social sufrido, según una ley aprobada en Kosovo en 2014 y que, tras mucho retraso, entra en vigor.

El estudio de AI "Las heridas que queman nuestras almas: Compensación para las sobrevivientes de la violación en la guerra, pero aún no hay justicia", revela las devastadoras consecuencias físicas y psicológicas sufridas por las víctimas, hasta ahora marginadas por la sociedad y sin apoyo institucional.

"Las supervivientes de la horrorosa violencia sexual han sido defraudadas durante años por la comunidad internacional y los gobiernos (kosovares)", declara Gauri van Gulik, directora adjunta de AI para Europa.

"Los autores no han sido juzgados, mientras que las víctimas han sido marginadas, olvidadas y se les ha negado acceso a la Justicia", denunció.

Indicó, no obstante, que "esto empieza a cambiar, pero todavía hay un largo camino que recorrer".

Violaciones y otras formas de violencia sexual y torturas fueron frecuentes durante la guerra en Kosovo, cuando la policía serbia, paramilitares y el entonces Ejército yugoslavo lanzaron campañas de persecuciones contra los albanokosovares.

Después del cese de las hostilidades, mujeres y jóvenes de las comunidades serbias y romaní también fueron objeto de violaciones por parte de miembros de la guerrilla albanokosovar del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK), que luchó contra las fuerzas serbias.

Cuatro ex líderes militares y políticos serbios fueron condenados por violencia sexual como crimen contra la humanidad por el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), recuerda la nota.

Un kosovar fue condenado por la justicia serbia, pero nadie ha sido sentenciado en Kosovo, donde, tras de la guerra, la policía y los fiscales de la ONU y desde 2008 de la Unión Europea (UE) fueron responsables de la investigación de esos crímenes.

Investigadores internacionales fracasaron con frecuencia en hacer más y en encontrar más pruebas sobre estos delitos, denuncia AI.

Eso deja un gran reto para los fiscales de Kosovo especializados en crímenes de guerra, que tendrán que afrontar unos 1.000 casos de crímenes no solucionados, entre ellos de violencia sexual.

Muchas supervivientes conocen por su nombre a los autores de los crímenes, como una de ellas que entregó a los investigadores de la ONU el carné de identidad que cayó del bolsillo del soldado que la violó, un caso que aún no ha llegado a ser juzgado.

"No tenemos esperanza de lograr justicia", declaró la mujer a AI.

"Tenía 30 años cuando eso ocurrió, y ahora tengo casi 50. Quizás me muera antes de que solucionen el caso", lamentó.

Otra víctima dijo: "La violación es una herida que quema tu alma día a día. Te avergüenza frente a tu familia, en tu comunidad. Lo llevas toda tu vida".

Los medios de Kosovo señalan que muchas callan lo ocurrido por los prejuicios en la conservadora sociedad kosovar y el miedo a ser estigmatizadas, y que ha habido incluso casos de suicidio.

Se desconoce el número de mujeres violadas, aunque cálculos de algunas organizaciones locales citan entre 10.000 y 20.000.