«Mi vida está hecha de muchas oportunidades»

Cuando Gladys Aurelia estaba embarazada y notaba los movimientos de su hija, corría al teclado para tocarle una obra clásica. Aquellas lecciones musicales intrauterinas dieron sus frutos. Camila (Guatemala, 1995) aprendió a cantar afinado antes que a hablar y soñaba con ser cantante. Su pasión chocó contra una grave enfermedad que ha disminuido su capacidad pulmonar hasta el 20%, pero aun así logró grabar un disco y el próximo lunes actuará en la gala inclusiva La Nit Més Gran que  la fundación Grupo Sifu organiza en el Gran Teatre del Liceu.

-Usted nació cantando.

-Vivíamos en Guatemala y yo y mis hermanos formamos parte del Coro Nacional de Niños. Yo estaba orgullosísima. Tenía una voz blanca finita pero muy afinada. Mi hermano mayor ahora está en el Orfeó Català.

-A los 8 años le diagnosticaron una fibrosis pulmonar.

-Mi única salvación era un trasplante, pero en Guatemala no había recursos. Los medios de allá se hicieron eco de mi historia, abrimos una cuenta y gracias a las donaciones financiamos el viaje a Barcelona para que me operaran en el Hospital Vall d'Hebron.

-Le trasplantaron dos pulmones con éxito.

-Pude hacer vida normal hasta el 2010, cuando tuve una neumonía que provocó el rechazo de los pulmones. En el 2011 me retrasplantaron el pulmón derecho y un año después me operaron de una escoliosis severa que hacía más pequeña la caja torácica. Parecía que todo iba bien, por fin, pero en el 2015 volví a rechazar el pulmón. Ahora tengo que ir las 24 horas con oxígeno.

-Durante todo este tiempo no dejó de componer canciones.

-La música me permite expresar lo que siento y hacer que mucha gente se sienta identificada. Ahora estoy buscando un cantante que quiera cantar mis nuevas canciones porque yo voy algo apuradilla.

-¿Cuándo escribió su primer tema?

-En quinto de primaria. Se titulaba Una oportunidad y mi nombre artístico es Chance, que significa oportunidad en inglés. Siempre pienso que mi vida está hecha de muchas oportunidades que he podido aprovechar: la oportunidad de venir a Barcelona, la oportunidad del trasplante...

-La oportunidad de grabar una canción...

-Cuando estaba ingresada tras el primer rechazo conocí a Albert Bosch, gracias a la fundación Ànima. Él soñaba con escalar las siete cimas más altas del mundo y yo con salir del hospital y ser cantante. Nos entendimos muy bien porque los dos teníamos ese espíritu de superación y queríamos hacer nuestra cima particular. Él subió al Everest y yo le canté mi canción Lo puedo conseguir yle gustó tanto que movilizó a mucha gente para que la pudiera grabar. 

-La oportunidad de grabar un disco...

-El Grupo Sifu [que se dedica a la integración laboral y social de personas con discapacidad] me patrocinó un elepé de seis canciones y ahora me ha dado la oportunidad de actuar en la gala de concienciación del Liceu, donde cantaré una versión de Ho puc aconseguir con las Sound Six, las concursantes del programa Oh happy day.

-También habrá tenido momentos malos.

-Cuando en el 2015 me dijeron que necesitaría oxígeno las 24 horas del día el resto de mi vida fue un golpe muy duro. Yo tenía planes de futuro: empezaba a estudiar animación 3D a distancia, quería independizarme, aprender a conducir, viajar...

-¿Qué le ayudó a recuperarse?

-En parte, mi novio. Le conocí por internet cuando estaba ingresada y le advertí: «Si fuera tú, yo no estaría conmigo porque esto va ser muy duro». Estaba convencida de que nadie me iba a querer así, pero ha sido un apoyo muy grande y ahora siento que no estoy tan limitada.